38.- ¿Qué es el amor?

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—El amor no debe doler —interviene Cherry —quiero decir, ¿por qué querría estar con alguien que infringe dolor?

—No esa clase de dolor —corrijo —me refiero al dolor que sientes por la otra persona, porque muchas veces amar a alguien trae consigo muchos sacrificios que no sabes si podrás llevarlos a cabo, el amor duele, pero es lo que decides hacer con ese dolor, lo que marca la diferencia.

Antes de que pueda continuar hablando, el timbre suena y sonrío ante los sonidos aliviados que brotan de los alumnos.

—No olviden su ensayo para el lunes, tocaremos temas importantes que sé que les gustarán. ¡Espero que no me dejen plantado!

Escucho algunas risas mientras poco a poco el salón comienza a vaciarse, guardo mis cosas asegurándome de que no quede ningún pendiente en la sala, y cuando estoy listo para marcharme, volteo mirando la palabra en la pantalla.

Amor.

Sí, tal vez hay muchos caminos para llegar a él, tal vez hay muchas formas de demostrarlo, pero no cambiaría por nada la manera en la que estuvimos destinados a encontrar las respuestas.

Sin pensarlo mucho, meto la mano en el bolsillo de la chaqueta y bajo la mirada cuando consigo tomar lo que busco.

Saco la pequeña caja de terciopelo negro y sonrío mirando el empaque.

Amor sin duda alguna es lo que he descubierto al lado de Carina, y vaya que hemos pasado por tantos caminos hasta que llegamos al indicado.

Hasta que encontramos aquel que sin duda alguna nos llevará al sitio que no corresponde.

—¿Por eso es que habla tan bien del amor? —volteo casi sobresaltado con la voz que se escucha en la sala.

Cherry me sonríe mientras observa la caja que tengo en las manos.

—Bueno, como he dicho, cada persona le da la definición con base en sus experiencias, yo he tenido suerte.

—Supongo que es uno de los pocos afortunados que puede decir eso —su sonrisa titubea —en todo caso, me alegro por usted.

La miro un segundo.

—Cherry, solo tienes que tener paciencia, las mejores cosas ocurren cuando ni siquiera lo estás buscando. Créeme, hace unos meses creía que era el tipo más desdichado del planeta, y ahora estoy organizando una pedida de mano para la mujer de mi vida.

Sacudo la cajita.

—Deseame suerte.

Ella sonríe y sacude la cabeza.

—No la necesita.

Se acomoda la mochila y sale del aula, yo vuelvo a mirar la palabra escrita en la pizarra, y luego la caja entre mis dedos.

—Un poco de suerte nunca está de más, ¿no es cierto? —hablo para mi mismo, y con eso yo también abandono el salón.

(...)

Angelo me observa sin inmutarse, como si en realidad supiera que este momento llegaría. Tiene una postura relajada y los labios en una pequeña sonrisa.

—Te habías tardado, ¿eh? —inquiere inclinándose ahora hacia adelante. —No creí que demoraras tanto en decidirte.

Sonrío levemente.

—Bueno, es que quería asegurarme de que cuando el momento llegase, fuese perfecto. Odiaría que ella se sintiera presionada a darme el sí, Carina es un alma libre, no quiero que sienta que deseo quitarle eso.

Angelo suelta una leve risa

—Sí, es un alma libre, pero es un alma que te ama más que a nada. Y puede que parezca que no desea un compromiso a futuro, pero te aseguro que desea esto tanto como tú.

—¿En serio lo piensas? —odio sonar tan inseguro pero parece que eso a Angelo no le importa en lo absoluto.

—Escucha, conozco a mi hija tanto como la palma de mi mano, sé que te ha querido desde hace muchísimo tiempo, lo sé por la manera en la que habla de ti y en la forma en la que no duda de nada cuando se trata de ustedes. Amaste a Carina antes de que tú mismo lo supieras, y creo que ese es el amor más puro de todos.

Dejo de mirarlo por un segundo para poder aclarar todas las ideas de mi mente. Porque es como si tuviera tantas cosas que decir, que no encuentro la mejor manera de explicarlo.

—Se como se siente eso —dice de pronto —el tener tantos sentimientos que ni tú mismo puedes entender. Pero supongo que así es el amor, ¿no es verdad? Hay cosas que no podemos explicar por mucho que quisiéramos.

—¿Lo has sentido tú también?

—¿Por qué crees que me casé con la madre de Carina? ¿Y cómo crees que hemos podido durar tantos años sintiendo el mismo amor el uno por el otro?

Sonrío levemente.

—Carina siempre ha dicho que quiere un amor como el de sus padres, y no sé si estaré a la altura pero...

Me detengo porque una parte de mí desea estar a la altura y darle a Carina todo aquello que se merece. Porque soy muy consciente del amor del cual es merecedora. Si hay algo que me alegro de no recordar, es la manera en la que arruiné todo con ella antes. Porque no sé cómo es que he podido vivir conmigo mismo si alguna vez le hice tanto daño.

—¿Sabes? Siempre he sido protector con mis hijas, siempre he deseado que encuentren hombres que las merezcan, dignos de su amor. Y supe desde que te vi, que tu presencia en su vida no sería en vano. Porque la amas tanto como para arriesgarte a perderlo todo, pero con la garantía de seguir a su lado. Si me preguntas, sé que la amas tanto como yo amo a su madre.

Sonrío levemente y tomo una inhalación antes de decir la pregunta que me trajo hasta aquí.

—Eso quiere decir que... ¿tengo tu consentimiento para casarme con Carina?

Angelo sonríe, asiente y siento que la alegría me hará estallar el pecho.

—Sí, Sandro, no podría dejarla ir con alguien menos merecedor.

Ambos nos incorporamos y él extiende una mano hacia mí y me atrae para darme un abrazo. Cuando se aparta, sonríe y agrega:

—¿Necesitas ayuda con la planeación de la propuesta?

Y por la sonrisa sé, que definitivamente no aceptará una negativa como respuesta

Un desastre a primera vistaWhere stories live. Discover now