~Sextimo capítulo~

14 6 0
                                    


~Pov. Lilian~

— ¿A dónde me llevas? —pregunté viéndolo con los ojos entrecerrados, mostrando cierta curiosidad.

— A mí habitación —respondió cortante, sin ni siquiera mirarme.

— ¿Me podrías explicar por qué vamos hacia allá? —arqueé las cejas confundida.

— ¿A qué crees? —sonrió de lado, observándome de reojo.

— ¿Qué...?

En ese momento Noah abrió una de las puertas de las cinco habitaciones situadas en la segunda planta y ambos procedimos a entrar. Luego me arrastró hasta el centro de la habitación y cerró la puerta con llave.

— ¡Listo! Para que nadie nos interrumpa —dijo volteándoce hacia mí, mostrándome una sonrisa pervertida y pícara.

— Siento arruinar tus planes pero no pasará nada entre tú y yo, Noah —aclaré, dirigiéndome así al escritorio que estaba justo al lado de su cama, en el cuál sobresaltaban una que otras fotos familiares.

— Ja, eres terca Liliana —expresó acercándose a mí.

— A un metro de distancia, no te atrevas a tocarme maniático —dije extendiendo mi mano hacia al frente, chocando la misma con su definido pecho.

— ¿Enserio? —al instante agarró mi mano y de un momento a otro me lanzó contra él, abrazándome con fuerza— creo que no tocarte se me hace difícil, enana

— ¡Tú...! —rápidamente, en un intento de separarme de su lado, le pateé fuertemente su entrepierna. Acción que funcionó a la perfección ya que este me soltó sin pensarlo dos veces— Ja, el truco antiguo más confiable, una patada en los huevos —añadí sonriente.

— ¡Ay! —se quejó del dolor— ¡¿Estás loca Lilian?!

— ¿Y ahora es que te percatas? —respondí enarcando la ceja izquierda, caminando nuevamente hasta el escritorio.

— ¡Por Dios! —suspiró— de hecho, creo que ese lado salvaje es lo que más me gusta de tí Liliana —agregó dejando al descubierto su blanca dentadura mediante una sonrisa.

— No puedo creer lo masoquista que eres —sonreí.

— Pues ya vez, contigo me gusta serlo —expresó observándome con detenimiento mientras se acercaba.

— ¿Y estas fotos...? —hablé inmediatamente, evitando que se acercara más de lo que ya lo estaba.

— Son viejas, nada importante —dijo colocándolas rápidamente bocabajo.

— ¿Por qué?

— ¡Porque sí! No son relevantes en estos momentos... —agarró de inmediato mis manos con delicadeza— te traje aquí para que alegraras la noche de mi cumpleaños, no para que preguntes por unas fotos sin importancia —agregó sin desviar sus ojos de los míos.

— ¿Y cómo se supone que haga eso? —pregunté arqueando las cejas de forma interrogativa.

— Pues... ¿Te gusta bailar?

— Mmm... Si

— ¡Entonces bailemos! —exclamó acercándose a una grabadora, colocando un cassette algo viejo y luego poniéndolo a reproducir. La música era antigua, pero muy alegre, hacía que mis ganas de bailar al ritmo de la misma aumentaran.

— Ja, nunca te había visto esta faceta —añadí mientras me acercaba a él, moviendo mi cuerpo al ritmo de la música.

— Eso es porque nunca has pasado el suficiente tiempo conmigo como para saber de mis diferentes facetas —se acercó a mí, me agarró de la cintura y colocó su barbilla sobre mi hombro, aún bailando— estoy seguro de que si llegas a conocer las demás quedarás impresionada, y hasta quizás enamorada —dijo sonriendo.

~Ilegal~ [+18]Where stories live. Discover now