~Ilegal~ [+18]

~Tercer capítulo~

~Pov. Ney~

- ¡Chicas! ¡Venid! -grité atravesando la calle apresuradamente, asombrada como niña pequeña al ver todas esas luces las cuáles alumbraban claramente el área de la carrera.

- ¡Good! -expresó Estefany asombrada, mirando hacia todos lados.

- ¿Nunca habían venido a una carrera de motos? -preguntó Lilian mientras nos observaba confundida, no podía creer lo asombradas que estábamos ante tanta gente y corredores, además de todas aquellas cegadoras luces.

- Pues no -añadió Amanda igual o más asombrada que las demás, ella si que parecía una monja, pero de las tontas.

- Bueno, eso se sabe -dije entre risitas burlonas, no podía creer que fuera tan obvia.

En ese instante, los gritos de la multitud de jóvenes atrajo nuestra atención. Caminamos hacia adelante, abriéndonos paso entre la gente para poder lograr ver porque celebraban tan alegremente, fué entonces cuando lo ví de nuevo.
Estaba sentado sobre una moto roja con un casco en las manos, celebrando su victoria junto a algunos amigos, mientras disfrutaba ser alabado por los demás. Era él, el chico que me había salvado del barman aquella noche.
Sonreía sin parar, estaba muy satisfecho con la victoria que al parecer había alcanzado con esfuerzo propio.

- Sigue luciendo igual de guapo, a pesar de que esa noche no logré verle el rostro del todo, pero igual nunca me olvidaría de esa cara esculpida por los dioses -susurré viéndolo como tonta.

- Creo que a esta se le safó un poco el tornillo -añadió Amanda observándome con extrañes, mientras balanceaba su mano en frente de mis ojos una y otra vez, intentando hacerme reaccionar, pero no lo logró.

- ¿Un poco? -preguntó Tiff irónicamente, arqueando las cejas igual de irónica.

- Bueno, vamos chicas, estamos aquí para divertirnos ¿No? -dijo Lilian agarrándonos del brazo.

- Si, es cierto, hoy tengo ganas de divertirme -expresé apartando la vista de dónde la tenía, para luego ir con las chicas a comprar algunas bebidas.

...20 minutos después...
~Pov. Mike~

Estaba charlando con mis amigos, hablando sobre las debilidades de alguno de los motoristas que jugarían en la siguiente ronda, cuando de repente el grito de una chica atrae la atención de todos los presentes.
Era ella, la borracha que salvé la noche pasada. No paraba de cantar a todo pulmón la canción que sonaba en los gigantescos bafles, sin contar que ella y otra chica aún más ebria, estaban sobre una de las mesas en dónde algunas personas jugaban a las cartas apostando dinero u otras cosas de valor.

- ¿Es enserio? -fruncí el ceño observándola con desagrado, no podía creerlo, ¿Siempre me la encontraba en tales circunstancias o era solo mi imaginación?

- ¿Que sucede amigo? -preguntó el chico de piel morena observándome confundido.

- Esa chica... ¡Uff!

- ¿Qué con ella? -dirigió su vista a la persona a la que observaba- ¿Te gusta? ¿Quieres que valla a pedirle el número?

- ¿Qué? ¡No!

- Tranquilo men, no es problema para mí, puedo ir y pedírselo...

- ¡No tú no vas a ningún lado! -exclamé deteniéndolo.

- ¿Pero, porqué?

- Iré yo

- Está bien, está bien no iré... Espera ¿Qué? ¿Irás t-tú?