~Ilegal~ [+18]

~Quinto capítulo~

— Bueno chicas, quiero detalles. ¿Cómo la pasaron ayer en la noche? —pregunó Luna sentándose en el sofá junto a nosotras.

— Pues... Bien, supongo —respondió Lilian, y nosotras le seguimos asintiendo con la cabeza, intentando disimular toda la locura por la que habíamos pasado la noche anterior.

— ¿Seguras? ¿No bebidas? ¿Cero fiestas? ¿Nada de cosas ilegales? —interrogó nuevamente, dando en el clavo con todas su preguntas, pero lamentablemente no podíamos decirle la verdad ya que recibiríamos unos buenos regaños.

— Si

— Segurísimas —añadió Ney sonriendo alegremente, desde ayer en la noche está así

— ¿Estefany? —me nombró, esperando a que le diera una respuesta que fuese de su agrado.

— Si hermana, todo estuvo en orden —aclaré rodando la vista hacia otro lado.

— Okey, ahora a prepararse que tienen que ir a sus escuelas —añadió levantándonos de los asientos contra nuestra voluntad.

— Hay noooo, plis, otro minuto más y yaaaa —suplicó Ney negándose a levantarse, recostando su cuerpo al sofá.

— Ney, estás despierta, eso ya no funciona cuando estás despierta —dijo mi hermana enarcando una de sus cejas mientras la observaba.

— ¿Enserio?

— Ujum

— ¡Mierda! —refunfuñó molesta, levantándose del sofá inmediatamente.

— ¡Venga chicas que llegan tarde! —informó escoltandonos hasta la puerta— cuando regreseis les contaré una buena nueva

— ¿Qué cosa? ¿Pasó algo interesante? —expresó Lilian acercándose a ella.

— Jaja, si, algo así, pero ahora no tienen tiempo, ¡Vallan vallan! Ya les diré luego —replicó ella dejándonos fuera de casa— Bye —sin esperar a que nos despidiéramos está nos cerró la puerta delante de nuestras narices como si fuéramos unas cualquieras.

— Ufff

— Venga chicas, vámonos o llegaremos tarde —dije caminando hacia la calle.

— ¡Esperanos!

~Pov. Lilian~

30 minutos después...

— ¿Chicas? ¿Y qué otra locura haremos hoy? —preguntó Ney entusiasmada.

— Hoy no habrá ninguna locura —respondió Estefany inmediatamente, observándola de reojo, mientras le daba una hojeadita a uno de sus muchos libros... ¿Démian se llamaba? No lo recuerdo bien.

— ¿Pero por qué? —añadió haciendo puchero.

— ¡Porque no! ¡Ayer casi nos metemos en lío con la poli! Así que mientras estén bajo el cuidado de mi hermana no permitiré que hagan más locuras —aclaró sin apartar la vista de lo que leía.

— Si, es cierto y pues, te entiendo —dije dándole la razón— tratemos de no causar desastres, por favor

— Pero si esa noche no causamos tantos desastres... ¿O si?

— Pues... Deja recapitular... Tú te embriagaste y luego obligaste a la monja de... —la observé rápidamente, acordándome que estaba justo a nuestro lado, escuchando todo lo que decíamos— y luego obligaste a Amanda a beber contra su voluntad, seguramente...

— Bueno pues, ella no me obligó, lo hice porque quise —habló interrumpiéndome con algo de timidez.

— Jaja, si... El caso es que estábamos en una carrera ilegal y escapamos de la policía junto a los motoristas que corrían en esa carrera, ¿Te parece poco eso?