Meus eris omnino, tantum meus

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Capítulo dedicado a Dhaka_nov

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Capítulo dedicado a Dhaka_nov


Londres. Diciembre, 1964.

La música de The Beatles inundaba todo el casino. Las luces bajas y la forma en la que las mujeres movían las caderas mientras los hombres apostaban sin control todo lo que poseían, anunciaban la espera de la nochebuena. El alcohol, las drogas, el dinero; toda una mezcla importante para que los ricos más importantes de Londres se desborden en locura al estar solos en esa noche mágica.

Harry bebía un trago de Whisky mientras una de las jóvenes en venta que ofrecían los padrotes del casino le acariciaba esos rizos cortos peinados hacia atrás. La rusa de largos cabellos rubios en una coleta se mantenía sentada sobre sus piernas, riendo animadamente con el resto de hombres que los acompañaban esa noche. El vampiro de 300 años, para la fecha, guardó silencio en todo momento, colocando con protección su mano en la cintura de la chica.

El traje que vestía de un color inusual para el resto de hombres que asistían al evento, marcaba su silueta esbelta en ese verde oscuro junto al guindo de su corbata. Muchos de los millonarios en ese casino rebasaban los cincuenta años, mientras que las mujeres jamás pasaban los veinticinco. Era una clase de regla impuesta para saciar los deseos más oscuros de quién lo deseará.

Motivo claro por el cual Harry asistía a ese casino desde hace varias navidades. Llevaba cierto tiempo viajando por el mundo aunque su residencia fija se encontrará al lado de la playa; amaba recorrer nuevos lugares. Pero al final siempre regresaba a Londres.

Una noche, su vuelo con destino a Francia se había retrasado por una tormenta de nieve, volviendo imposible retomar la agenda hasta el día siguiente. Por tanto, aunque no lo deseará, Harry tuvo que encontrar otro sitio para pasar las fiestas decembrinas. Iba sin rumbo, solo pensando en lo mucho que se habría divertido con las francesas que lo esperaban en su habitación de hotel a la cuál no llegaría.

Paseó por las calles sin precaución alguna por el clima, solo atiborrado de groserías que le echaba por haber arruinado sus planes. Aunque fuera de eso y de que no sentía frío; realmente le encantaba ver la nieve caer y quedarse sobre sus hermosos rizos.

De esa manera, pasó gran parte de la noche vagando de bar en bar hasta que llegó al Royal. Un casino tan inmenso, que le fue imposible no ver por todas las luces de colores que lo iluminaban a un par de calles cuando llegó al centro. El lugar era hermoso tanto por dentro como por fuera en esa estética francesa que la decoraba; sitio perfecto para el vampiro amante de lo ilegal y la diversión.

Porque claro, Harry no se quedaría en un lugar tranquilo en una de las cinco noches más importantes del año, no. Ese casino debía ser sumamente discreto y peculiar como para atraer su atención, hasta devoción para asistir tantos años seguidos.

Sangre Real |Larry Stylinson|Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora