💜 MI DESTINO 💜 #3

12. 💜 Utilizando a Sophie 💜

- Pero igual no pued...

- Si no preguntas, no lo sabrás - me empuja hacia afuera - ¡Venga!

- ¡Lila! - la llamo yendo rápido a la puerta principal, la cual está a punto de cruzar - Espera.

- ¿Qué? - nos mira llegar donde ella.

- Luego íbamos a ir a dar un paseo y comer un helado, ¿te vienes? - le pregunta Sophie con algo de precaución, poniendo su vista en nosotros dos - Y hablar, por Dios, que parece que os ha comido la lengua el perro de la vecina.

Mis ojos coinciden con los de ella, la cual se cruza de brazos esperando a que sea yo el que también le pida eso. Creo que ambos estamos preocupados por si el otro está enfadado o distante por lo ocurrido días atrás y estamos siendo de lo más gilipollas.

- ¿Quieres pasar la tarde con nosotros? - le pido finalmente.

- Vale - sonríe, cosa que me alivia - Luego nos vemos.

💜 5 HORAS MÁS TARDE 💜

Yo no entiendo a las madres que traen a sus hijos a los parques. Les pegan cuatro gritos para que no corran, les ignoran completamente al segundo y los críos, obviamente, no las hacen ni puto caso. Ya he visto caerse a tres, a dos pegarse hostias entre ellos y a uno que se ha comido una margarita. Lo mejor es que los adultos responsables de estos están charlando y cotilleando sin ni siquiera comprobar lo que hacen los niños. Indignante.

- Van a pensar que eres un pederasta - Lila habla a mi lado mientras devora una tarrina de helado de chocolate.

- Es que hoy hay tantos niños que me da miedo que la pase algo - digo refiriéndome a mi hermana, la cual está alrededor de todo el barullo de niños correteando sin mirar quién pasa por su lado.

- Si la pasa algo a a venir donde nosotros, sabe dónde estamos, tranquilízate.

- Mira a esos - ignoro lo que dice y señalo a un niño y una niña jugando a darse besos debajo del tobogán - Los niños de ahora van cada vez más rápido.

- Sí.

- Se me abren las carnes pensando en que muchas niñas de 13 años ya están haciendo cosas que no deben e imaginar que esto lo puede hacer mi hermana...

- Ya.

- No entiendo qué manía tienen de querer follar con alguien por solo eso, follar. Para llamar la atención delante de sus amigos, es una gilipollez.

- Sí, lo es.

- ¿Puedes decir más de tres palabras seguidas?

- Es que tienes razón.

- Se supone que ahora me tendrías que decir que mi hermana no va a hacer eso.

- Si sabes lo que te voy a decir, ¿para qué me preguntas?

- Me gusta que me digas esas cosas, que aportes algo de lógica a mi pensamiento extremista sobre esto. Eres de las pocas personas que consiguen tranquilizarme y hacer que me replantee las cosas.

- No soy adivina, Jack - resopla dejando la tarrina vacía en la mesa en la que estamos sentados - ¿Tu hermana se equivocará? Sí. ¿Se enamorará? Seguro. ¿Sufrirá? Muy a nuestro pesar, sí, pero eso es parte de la vida, del crecimiento, de la adolescencia. Si no te has enamorado hasta rabiar de alguien, si no has llorado hasta pensar que se va caer el mundo, si no has disfrutado como si tu vida dependiera de ello... No has vivido, no has sido adolescente - y lo bien que habla esta maldita niña, lo peor es que siempre me tranquiliza y me hace verlo todo mucho más normal y natural - ¿Querías que dijera esto?