Como siempre, Yugy y BamBam se miran entre ellos. Yugy, fiel a su belicosa naturaleza, no lo pone fácil. Pero BamBam resopla y le tiende la mano a Yoongi, mientras le sonríe.

- Bienvenido, Yoongi.

Yoongi tira de él y le abraza mientras le susurra un gracias, que hace que Jimin y yo nos derritamos por dentro.

- Tú puedes llamarme papá si quieres, Yugy. - le dice al gruñón mientras le abraza y todos los demás nos reímos.

- Ni lo sueñes, Min - le ladra.

- Venga, despediros de Yoongi y papá - les digo a los niños.

Dejamos que la pareja se marche a su suite y yo acompaño a mis hijos a su habitación. Acuesto a los más pequeños en las literas de abajo, mientras los mayores se instalan en las de arriba.

- Estoy muy orgulloso de vosotros, chicos. Os quiero mucho - les digo porque es la verdad.

- Papi, ¿tú estás bien? - me pregunta Hana, a la que le siguen sin salir las cuentas ahora que Yoongi ha entrado en la ecuación.

- Escuchadme bien. Los cuatro sabéis que papá y yo nos queremos mucho. Muchísimo. Pero también sabéis que somos amigos. Nunca hemos sido novios - les miro concentrado, sobre todo a los más pequeños.

- Lo sabemos, papi - contesta Yoko, abrazando a su osito de peluche.

- Jimin y Yoongi fueron novios hace mucho tiempo, pero tuvieron que separarse. Siempre se han querido muchísimo y ahora que tienen la oportunidad de volver a estar juntos, es nuestro deber estar muy contestos por ellos y recibir a Yoongi en nuestra familia con los brazos abiertos. Tal como habéis hecho hoy - les sonrío porque estoy realmente orgulloso de todos ellos.

- Pero si se querían tanto, ¿por qué no se casaron y nos adoptaron ellos? - pregunta Yoko, con esa inocente perspectiva de un niño.

Me quedo un rato pensando en dar una buena respuesta que mis dos hijos pequeños puedan entender, pero alguien se me adelanta.

- Porque hay veces que el amor de dos personas no llega en el mismo momento y hay que esperar a que sea el momento adecuado. Quizás si Yoongi y papá se hubieran casado, nunca nos habrían adoptado a nosotros y habrían encontrado a otros niños - les explica BamBam. - Además, si hubioerea sido así, Tae no sería nuestro padre.

- Yo no quiero que nos hubieran adoptado otras personas - dice Hana poniendo un puchero.

- ¡Ni yo! - exclama su hermano más pequeño.

- Yo tampoco - les sonríe desde arriba BamBam.

Me quedo mirando a mi hijo mayor, que es el menos dado a las muestras de afecto de todos ellos. Sé que nos adora, pero al muy rancio le cuesta una barbaridad demostrarlo. Me cruzo de brazos y me quedo esperando a que diga algo.

- Creo que Yugy sí que hubiera preferido otra familia... - llora Hana antes de taparse la cara con la manta.

Yoko sale disparado de la cama y se mete en la de su hermana.

- No te preocupes Hana, yo te quiero mucho - la consuela mientras acaricia su cara con sus pequeñas manitas.

BamBam salta desde su litera para meterse con los más pequeños, a los que abraza con cariño.

- A mí me encanta que seáis mis hermanitos pequeños y os quiero un montón - les dice antes de hacerles cosquillas. - Y Yugy, aunque no os lo diga nunca, también os quiere mucho - les susurra antes de besar sus cabecitas.

Mi hijo mayor me mira de vuelta con esa perpetua cara de perro que tiene y yo le regalo mi famosa mirada de hielo. Puedo sentir como se estremece. Se hará el duro, pero en el fondo, sé lo mucho que nos ama. Con su actitud de macarra habitual, salta de la cama como si estuviese en el lejano oeste y se tira sobre sus hermanos que chillan muertos de la risa al sentir el peso del más mayor sobre ellos.

Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞Where stories live. Discover now