Capítulo 25

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Yoongi

Alguien me está arrastrando escaleras arriba. Estoy muy borracho y lo único que quiero es tirarme donde caiga y dormir la mona.

- Jungkook, déjame. No quiero caminar - mascullo como puedo.

- Por el amor de Dios, Yoongi. Pon de tu parte - me exige alguien que no es Jungkook. - Vamos a acostarte.

Me giro para mirar a mi rescatador y me atraganto al ver que es Jimin. Me muero de vergüenza porque me vea en este lamentable estado, pero si lo pienso bien, él es el único culpable de mi estado de embriaguez.

- ¡Tú! Vete con tu flamante marido - le gruño. - Déjame olvidar que ahora eres suyo.

Sé que mañana voy a arrepentirme de todas las sandeces que estoy diciendo, pero estoy tan herido que no puedo evitarlo.

- Venga, que ya llegamos - suspira agotado de cargar conmigo.

Cuando llegamos a la parte alta de la escalera, Jimin vuelve a recolocar mi brazo sobre sus hombros y me agarra con fuerza por la cintura. No estoy en condiciones de resistirme. Y, además, tampoco lo quiero, pues estar así de cerca de su cuerpo me lleva a recordar todas las veces que fue mío.

Me lleva a una habitación y con cuidado, me acuesta en una cama. Sin decir nada, me descalza, me quita la americana y el pantalón y me tapa.

- El baño está en esa puerta - señala. - ¿Estarás bien si me marcho? - me pregunta, tímido.

- No, no estaré bien si te marchas - le digo tapándome los ojos con el antebrazo.

- ¿Qué necesitas? - viene deprisa y se arrodilla junto a la cama. Siempre tan bueno y dedicado.

- A ti - mis palabras quedan suspendidas en el aire. - Hace dos años le confesé a mi familia que era gay y que estaba enamorado de un hombre - reconozco y una lágrima se me escapa al recordar la época más difícil de mi vida. - Mi padre me dijo que era una vergüenza y que no debería de ser Teniente de la Marina de Corea del Sur. Así que dejé el trabajo de campo y solicité plaza en la academia militar, donde ahora soy el profesor más perverso. Pero soy un hazmerreir, porque todo el mundo sabe que soy marica - me he abierto en canal, pero no sé cuánto tiempo va a regalarme, y no puedo desaprovecharlo.

- Yoongi - susurra y siento como roza el dorso de mi mano.

- Tú eres ese hombre, Jimin. No he querido a nadie más en toda mi puta vida - cada vez estoy más lúcido, pero exagero el gimoteo porque no sé si mañana voy a tener que fingir que no recuerdo nada de lo que estoy diciendo. - Pero te has casado. Siempre llego tarde. Tú tuviste que cargar con la vergüenza de ser descubiertos y yo fui tan cobarde. Lo siento - lloro.

- Yoongi - se sienta a mi lado y acuna mis mejillas, dándome consuelo.

- Perdóname Jimin, por favor - suplico. - Por favor - me rompo.

- Deja de llorar, por favor. Te perdono, pero deja de llorar - solloza, sobrecogido.

- Me perdonas, porque ya no te importo. Porque tienes a Tae y a tus hijos - me revuelvo dándole la espalda. Estoy empezando a hiperventilar porque me duele el corazón.

- Te perdono porque... te quiero - me abraza con fuerza por la espalda y llora conmigo. - Me casé con Tae para poder adoptar a nuestros hijos, pero sigue siendo mi mejor amigo - habla deprisa, justificándose. Como si yo lo mereciese. - Pero nunca ha pasado nada entre nosotros - ríe tímidamente. - Hubiera sido muy raro.

Me giro sobre mí mismo y le miro a los preciosos ojos que ahora lloran por mi culpa. Como siempre. Acaricio su cara y cierra los ojos, mimoso.

- ¿Eso significa que aún no es tarde para nosotros? - me arrepiento al momento por ser tan cagaprisas, pero ya he perdido demasiado tiempo.

Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞Where stories live. Discover now