Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞

Capítulo 15

Jungkook

Decir que consigo dormir algo, sería una grandísima mentira. Me paso la noche pensando en Tae y rogándole a lo más sagrado que no le pase nada. No me quiero ni imaginar el estado en el que estará Nam. Por un lado, esperanzado en que Tae consiga la Informacion que tanto necesita y por otro lado, muerto de miedo porque le descubran.

No es militar, maldita sea.

En cuando siento que los primeros rayos del alba entran por el enorme ventanal de la habitación, me levanto. Rápidamente comienzo a buscar en el armario las cosas de Tae. Falta ropa y también su neceser. Me paso las manos por el pelo, desesperado. No puedo salirme del guión, y es lo que haría si mi marido me hubiese abandonado en la luna de miel. Maldigo en voz alta, interpretando a la perfección al marido tóxico que soy. Me visto rápidamente y bajo a recepción.

- Buenos días, Sr. Wang - me saluda la recepcionista nada más verme.

- Estoy buscando a mi esposo - le digo secamente. - ¿Ha dormido aquí?

- El Sr. Wang nos pidió anoche otra suite - me contesta de manera impertinente.

- Dígame cuál - exijo.

- El Sr. Wang ha abandonado el resort esta misma mañana - me dice tecleando el ordenador.

- ¿Cómo? Eso es imposible - le ladro. - Mi marido jamás se marcharía sin mí - digo ofendido.

- Se fue en compañía de otro huésped - me irrita su sonrisa.

- ¡Cállese! Eso tiene que ser mentira - estoy a punto de agarrarle del cuello.

Me mira entre molesta y divertida. Rebusca en su bureau y me da un sobre.

- Su esposo dejó esto para usted - pronuncia la palabra 'esposo' con un retintín que no me gusta nada.

Le arranco el sobre de la mano y lo abro allí mismo, intentando parecer desesperado por saber dónde está Tae.

Es una carta manuscrita. Tae tiene una letra pulcra y ordenada. En un momento dudo si esto es una prueba y la carta no es de Tae y quieren cogerme en un renuncio, no reconociendo que no es la letra de mi esposo.

Querido Jungkook,

Me ausentaré por un par de días. Necesito un tiempo para mí. Para pensar en nosotros. Estoy tan cansado... Te he amado con todo mi ser, pero nunca ha sido suficiente para ti.

Quiero que tú también aproveches este tiempo para decidir si realmente deseas seguir conmigo o tomamos caminos separados. Pero me niego a seguir compartiéndote. Si continuamos con nuestro matrimonio tendrás que prometerme que seré el único para ti. Y debes de ser honesto, porque no voy a volver a tolerar una infidelidad o una falta de respeto más.

Regresare en un par de días. Si ya no me amas, no es necesarios que me esperes. Respetaré tu decisión.

Siempre tuyo,

Taehyung.

P.D.: Recuerdo como si fuera ayer el día que nos conocimos. Mi corazón latió con tanta fuerza que supe que eras tú. Besar tus labios por primera vez me pareció una experiencia inigualable. Por eso hice lo que hice y te arrastré a aquel baño. Me has tenido loco por ti desde ese día. Te quiero.

Ahí tengo la prueba de que la carta es suya. No puedo evitar una pequeña sonrisa al recordar la manada en aquel asqueroso water. Pero lo más me sorprende en la manera tan parecida que tenemos de ver las cosas. Yo también hubiera dejado una pista que sólo pudiera entender él.

Recuerdo que estoy siendo observado así que maldigo porque creo que es lo que haría si mi marido me hubiera escrito una carta como está, pero por dentro me río porque Tae es un artista redomado. Quien haya leído esta carta, habrá quedado convencido de que tiene el corazón roto por mi culpa.

Durante los dos siguientes días, como no puedo hacer nada más, me dedico a pasear por la playa melancólico, fingiendo estar desolado por la marcha de mi esposo. Aprovecho para sacar fotos de las instalaciones. Estudio al personal, ficho las matrículas de todos los vehículos que llegan... prefiero mantenerme ocupado porque si no, me voy a volver loco, porque en el fondo estoy preocupado por mi compañero.

Regularmente informó a Nam de todo. El no me dice nada de Tae lo que significa que está bien.

O eso quiero creer.

[...]

La segunda noche, me acerco al bar a fingir emborracharme. Echo de menos a mi marido y me voy a dar a la bebida porque estoy arrepentido y desesperado.

Reconozco a las Barbies. Amanda, la rubia, me ha buscado un sustituto mucho más entregado que yo. Se la está comiendo a besos mientras le mete mano por debajo del mini vestido que lleva.

Wendy está sentada a una distancia suficiente, bebiendo un cocktail y de vez en cuando les mira de soslayo, con cara de asco. En cuanto me ve, me saluda con la mano. Le devuelvo el saludo pero no me acerco. Llego a la barra y pido un gin-tonic. No tarda ni dos segundos en sentarse en la barra, junto a mí.

- Hola Jungkook - me saluda simpática.

- Hola - le saludo de manera escueta.

- ¿Tienes esa cara de mal parido por Amanda? - se jacta. - No se lo tengas en cuenta. Amanda es de aburrirse rápido de los hombres - me dice mirando de reojo a su amiga que sigue morreándose con su ligue.

- Nada podría importarme menos que con quién se acuesta tu amiga - le contesto muy borde.

- Ah... Entiendo - me dice asintiendo.

- ¿Qué entiendes? - le digo de manera brusca, pero es que yo odio estos jueguitos.

- Estás así porque ti marido te ha dejado, ¿verdad?

Le miro de arriba abajo, sorprendido de que haya llegado tan rápido a esa conclusión cuando llevo ligando con ellas descaradamente desde que llegue a este hotel.

- Nada me podría importar menos - susurro.

- Por eso llevas dos días recorriendo la playa como alma en pena - susurra ella igualmente.

- ¿Qué has dicho? - la encaro.

- Mira, no sé qué ha pasado entre vosotros pero dos cosas te voy a decir. Tu marido te quiere, lo sé por la manera en que su mirada siempre te busca. Y segundo, creo que eres gilipollas, pero también puedo ver lo mucho que te importa. Casi te explota una arteria cuando lo viste bailar hace dos noches con aquel maromo. Así que, si aceptas el consejo de una desconocida, arregla las cosas con él en cuanto puedas. La vida no siempre nos da otra oportunidad - me suelta y se levanta sin despedirse.

Me quedo plantado en la barra del bar, felicitándome por el buen trabajo que hemos hecho ambos, engañando a todo el mundo.

Pero, ¿por qué se me ha acelerado el pulso?