𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍

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Existen las fiestas normales y también las fiestas monstruo

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Existen las fiestas normales y también las fiestas monstruo. Y luego están las fiestas olímpicas.

Las nueve musas se ocupaban de la música,  que sonaba lo que se deseará:  los dioses oían clásica y los jóvenes semidioses hip-hop o lo que les apeteciera. Todo en una sola banda sonora. Sin discusiones ni peleas para cambiar de emisora. Sólo peticiones para que subieran el volumen.

Dioniso iba de aquí para allá creando de la nada puestos de refrescos y siempre del brazo de una mujer muy guapa: su esposa Ariadna. Se veía contento.  Había fuentes de oro de las que manaban néctar y ambrosía, y también bandejas repletas de canapés para mortales. Las copas doradas se llenaban de la bebida que querías.

Milena claramente tomó una copa, era vino lo que ella estaba bebiendo.

Sin pensarlo empezó a rondar por todo el lugar.

—.... prácticas de tiro desde el carro mientras sobrevuelas todo el país! ¡No hay nada más divertido! —escuchó ella que Apolo le decía a Percy.

—Que tontería —murmuró ella mientras intentaba alejarse, fallando en el intento pues Apolo logró escucharla y se giró con una velocidad impresionante.

—¡Milena, que alegría ver que ya sabes la verdad! —exclamó él con una sonrisa—. Hoy te vez radiante preciosa.

—No me digas preciosa por favor —espetó ella mientras bebía de su copa de vino.

—Ambos sabemos que no dejaré de llamarte así —respondió él mientras se acercaba más a ella, esta vez ella no retrocedió—. Me alegra saber que ya no eres mortal.

—Nunca lo fui —contestó mientras bebía de la copa.

—¿Puedo?

—No, consigue tu propia copa.

—Oh vamos, solo un poco.

—Que no —respondió ella frunciendo el ceño.

—Preciosa, solo un poco —rogó.

—Ni siquiera sabes que es —se quejó ella mientras lo miraba mal.

—Pero si te gusta a ti debo saberlo —contestó él.

Su corazó se agitó ante eso.

—Un sorbo —espetó mientras lo miraba amenazate.

Apolo sonrió en grande y luego tomó la copa de la chica. Ella abrió la boca cuado notó como él bebió del lado donde ella había bebido.

—Vino, me encanta —dijo después de tomar un sorbo—. Tienes buen gusto preciosa.

—Eso ya lo se —respondió mientras rodaba los ojos.

No quiso pensar en el hecho de que habían tenido un beso indirecto.

—Así que el Crucero de Luke Castellan se llama Princesa Milena —mencionó él mientras le entregaba la copa a la pelirroja.

𝐃𝐀𝐘𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓|| 𝐏𝐄𝐑𝐂𝐘 𝐉𝐀𝐂𝐊𝐒𝐎𝐍 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄Where stories live. Discover now