Capitulo 36: Blue Eyes

Start from the beginning
                                    

—¿Te gusta? —siento los brazos de Heather abrazándome por detrás—. No sabía muy bien que regalarte, así que pensé en esto, me se defender con esto de las fotos, es lo que mejor se me da, y especialmente le pedí ayuda a tu mamá. En la sima puse las fotos de hoy.

Sonrió grandemente llevando mis ojos a ese lugar, donde veo están colgadas algunas de las fotos de este año. Está la que tomamos el día de el cumpleaños de Jana, las que tomo ella el día que estuvimos en este cuarto, las que tomamos en el parque y la de nosotros dos en el escenario —esa la tomo Mick—, y de último todas las de hoy, las de la playa y las que tomamos en casa de Mick. Y por si eso fuera poco, también están algunos aviones de papel guindando, dándole un toque único y lleno de significado para nosotros.

—Me encanta —suspiro cuando una sensacion cálida me invade, aún mirando las fotografías—. En serio, esto es... único.

—Oh, dios, eso me alegra tanto.

—¿Cuando hiciste esto? —me giro y la envuelto en mis brazos.

—Fueron las dos horas más locas de mi vida —admite divertida—. No sabía si lo iba lograr pues, es tu casa —comienza—, pero aproveche que estarías en la cafetería, trabajando tu medio tiempo con July y vine a hacer todo esto, y tú madre fue una gran ayuda, me dió todas las fotos y también su visto bueno, y cuando me quedé satisfecha con el resultado, fue que te llame para vernos. A pesar de que eso ya estuviera planeado.

Oh sí, acepte la propuesta de July y comencé a trabajar junto a ella el la cafetería y aparte de eso puedo utilizar los instrumentos de ahí. Recuerdo que hoy cuando July vio que fue Heather la que me llamo al celular, sin importarle nada, casi me echa del local a punta de escobazos y me fui corriendo por mi vida. Y así fue como termine en la playa, con Heather desde el principio.

—Que gran complot.

—Todos se unieron para la causa —reimos juntos.

—Te juro que esto es demasiado increíble —la beso en los labios, y se sigue sintiendo como la primera vez que lo hice, que es como sentirme el las nubes, electrificante y enérgico, demasiado bien—. Gracias —murmuro cuando me separó.

Vuelvo a mirar las fotografías, el arte de preservar un instante en ellas, eso es lo mágico. Muchas veces las sonrisas en una fotografía no son reales, pero cuando se es verdaderamente feliz ¿Por qué no tomar una y preservar ese momento? Eso es lo que hace Heather, cada que toma una, entiendo porque le gusta tanto.

—Yo tengo otro regalo para ti —murmuro mirándola a sus ojos azules.

—¿Otro?

—Sí.

—¿Y que es?

—Tendremos que ir al café para descubrirlo —la tomo de la mano entrelazando nuestros dedos.

Salimos de mi habitación, y Heather se vuelve a reír cuando medio corremos escalera abajo, encontramos de nuevo a mi mamá que esta vez está en el salón, frente a la televisión y que al sentir nuestra presencia voltea a sonreír, y no está sola, mi padre permanece a un lado de ella.

—¿Que tal? ¿Te gustó la preciosura de regalo?

—Más de lo que cree —admito mirando a Heather.

—Puedo decir que le encanto —se aclara al garganta—. Buenas tardes, señor Alan.

—Buenos tardes, Heather —le respondé cordialmente mi padre con un asomo de sonrisa.

—Estaremos en el café con July y los demás, tal vez llegue un poco tarde —aviso está vez yo.

—De acuerdo —concede mamá—. Diviértanse.

Aviones de papel Where stories live. Discover now