Wednesday Addams es CEO de la cadena más prestigiosa "Hotelerías Addams". Escritora además de contar con su propia editorial, pero... Eso solo es una parte de su verdadero ser. Ella es parte de la Mafia Mexicana, una asesina, psicópata y letal mujer...
Miré fijamente la pared, enfrente de mi hay dos hombres con un traje militar negro. Claramente no eran militares, eran sicarios que me lanzaban miradas un tanto raras de vez en cuando y eso me colocaba en un estado un poco de pánico. Viejos recuerdos me invaden y trataba de oprimirlos lo más que podía pero parece ser que no había mucha suerte hoy. Además de que el lugar estaba bastante frío y olía a humedad, suspire y volví a cerrar los ojos.
Si Lucille cree que teniéndome atada a unas cadenas en vueltas en mis muñecas y que hacían que quedara en suspención van hacerme algo, esta muy equivocada por qué.... "Yo no estoy atrapada con ella, ella está atrapada conmigo". Y sólo estoy dejando que haga lo que quiera para echarle una mirada a lo que sea que esté tratando de hacer,
<<estúpida sin vergüenza>>.
Sonreí internamente en cuanto la enorme puerta de metal gris que quedaba enfrente de mi comenzó abrirse. Lucille caminaba como si fuera la reina de Inglaterra.
Mi prima siempre ha sido una egocéntrica, envidiosa y muchas cosas más que en este momento no importan, Lucille es una mujer muy guapa con una mirada de infarto que no puedo negar, bastante astuta cuando quería, aunque a veces fingiera ser la típica niña rubia y sin cerebro.
Mire su aspecto de forma rápida. Un vestido negro que llegaba a la mitad de sus muslos, unas zapatillas de tacón mediano, su cabellera rubia suelta y no solo eso... Habían dos hombres con trajes negros con armas largas detrás de ella.
—Hola, Lucille—. Me burle un poco cuando quedó a unos metros de mi.
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—Hola, prima, ¿Cómo va tu tiempo con nosotros? ¿Ha sido de tu agrado?—. Preguntó con tono sarcástico haciéndome reír.
—Lo he apreciado, si... Estar colgada es bastante beneficioso o eso me han dicho, las golpizas que tus hombres me han dado... Son un tanto... Deficientes, Pubert o Pericles me harían sufrir más que tus tontos hombres pero no estamos aquí para hablar de ello, dime, ¿Qué a ocosionado que mi desalmada prima me haya secuestrado? No me digas... ¡Ya se! Que tonta, no lo vi, ¿Aún sigues tratando de tener la aprobación de tu mamá? Eso es patético o ya se... ¿Lo haces por qué Wednesday jamás te miro como querías ni nadie de la familia Addams?—. Le pregunté con burla provocando que su ceño se frunciera y de un segundo a otro, mi rostro giró con brusquedad hacia mi lado derecho por la fuerte cachetada que me había dado.
—Callate estúpida, yo no necesito la aprobación de nadie—. Habló con rabia y yo solo reí de nuevo.
—¿No? ¿Entonces? ¿Qué hago aquí? Ya llevo dos días y sinceramente... Me estoy aburriendo, la forma de tortura de estos hombres es muy infantil—. Murmure pasando mi lengua por mi labio inferior, probando mi sangre, uh... Wednesday no estará nada contenta con este desarrollo.
—Primero, disfrutaré un momento contigo, he estado ocupada haciendo otras cosas que no he podido divertirme contigo, lo lamento tanto pero ahora hay que disfrutar nuestro momento de reencuentro, ¿No te parece prima?—. Lucille miro brevemente a la mesa con instrumentos de tortura de mi lado izquierdo para luego lanzarme una sonrisa provocando que sus hoyuelos se notarán.
