Tenía que comunicarse con cierta persona importante para verificar que sus planes de expansión seguían en pie. Tenían qué, ansiaba ese nuevo territorio.

Sin embargo Zayn se recargó en su propia silla colocando detrás de su cabeza ambos brazos para luego chasquear la lengua.

—No lo sé. —respondió.

—No lo sabes —repitió Harry levantando algunos libros y carpetas. Luego le dio una mirada al pelinegro y alzó una ceja.

El joven alzó los hombros y negó haciendo una mueca—. Creo que... Huele demasiado dulce. —frunció un poco el ceño—. Incluso, podría decir que me molesta en la nariz. Quizás... ¿Su celo está próximo?

El rizado detuvo entonces lo que hacía y observó a Zayn con el ceño también medio fruncido—. Yo que sé —le dijo extrañado—. Es tu omega. ¿Por qué te molesta como huele?

—No sé, Harry. Sólo lo hace.

El ojiverde estuvo por decir algo pero Zayn le interrumpió con un gesto y le resto importancia, la conversación terminó entonces.

—Sólo olvidalo. —le dijo. Harry no insistió—. ¿Viste ya lo de Irlanda? Te dejé los papeles justo ahí —señaló.

Harry observó un poco más a Zayn decidiendo si darle la importancia suficiente a lo que le había escuchado decir, pero concluyó que no, pues Zayn parecía muy dispuesto a cambiar el tema y no era su asunto. Le vio colocarse de nuevo las gafas y hojear un par de papeles más así que siguió en lo suyo.

—Acabo de ver —le respondió—. Estoy buscando el número para llamar.

Zayn se levantó y volvió a los segundos—. Lo tengo aquí, toma.

Harry extendió la mano y tomó el papel.

—Gracias.

Alcanzó entonces el teléfono encima del escritorio y lo descolgó, tecleando los números escritos.

—¿No han llamado del hospital? —preguntó, llevándose el teléfono al oído. Frunció el ceño cuando por la bocina escuchó una suave melodía con gaita. Irlandés tenía que ser.

—Sí. Dijeron que Luke está mejor, seguramente vuelva hoy por la noche o mañana al medio día.

Alzó las cejas. Así que también sumaría a las cosas que hacer el recibir a Luke del hospital. Le alegraba después de todo, habían tenido demasiada suerte de tenerle todavía respirando.

Quiso apartarse el teléfono del oído, la música de fondo comenzaba a ser irritante.

—¿Ha dicho algo más sobre...?

Zayn le dio una mirada escueta y alzó los hombros—. Pregunta por él.

—¿Alguna noticia?

—No. Pero estoy seguro de que tu omega sabe.

Harry desvió la mirada—. Le preguntaré.

—¿Y si miente?

—Mi omega no miente —le dijo crudamente.

Zayn volteó a verle con una ceja arriba y Harry quiso gruñirle porque no le gustaba en absoluto la acidez en sus ojos. Su día había comenzado muy bien como para que una estúpida gaita y el sarcasmo de Zayn lo arruinaran.

Estuvo a punto de colgar el teléfono irritado cuando atendieron la línea, por lo que se quedo quieto.

—¡Hola, hola, lobito!

Le dio una mirada seria a Zayn y se pusó de pie.

—Niall Horan —musitó tomando un corto respiro para calmarse.

Luna de Sangre Where stories live. Discover now