VEINTE

2 1 0
                                    

Usher, Axel y Arsen luchan valientemente contra los demonios que se les presentan en el camino, tratando de abrirse paso hacia donde se encuentra su hermano Archie. Mientras tanto, Archie se encuentra en plena negociación con Amodeo.

—¿Por qué debería darte mis alas? ¿Qué garantías tengo de que recuperaré a Aba?

—Tú mismo lo has dicho, Archie. Sin tus alas, no puedes ir al infierno a rescatarla. Yo tengo la manera de hacerlo, pero necesito tus alas para poder llegar hasta ella.

—¡Archie, no hagas tratos con él! ¡No sabes en lo que te estás metiendo!—soltó Usher en la distancia.

—Usher, Axel, Arsen, ¡no deberían estar aquí! ¡Es peligroso!—soltó él de vuelta.

—No podíamos quedarnos de brazos cruzados mientras te metes en algo así, hermano.—soltó Axel de mala manera.

—Tenemos que encontrar una forma de sacar a Aba de ahí sin darle tus alas a Amodeo.—aclaró Arsen con prudencia.

—Exacto. No podemos confiar en él. ¡Es un demonio!—se jactó de mala manera Usher como si fuera obvia la traición y en parte era asi.

—¿Me estás llamando demonio, niño? ¿No eres tú también un ser sobrenatural?

—¡Yo no negocio con el enemigo!—respondió con burla.

—¡Basta! Usher, Axel, Arsen, vayan a ayudar a los demás ángeles y humanos en la batalla. Yo me encargaré de esto...

—Pero...—soltó Axel de mala manera.

—¡Vayan! Yo los alcanzaré pronto.

Los hermanos asienten y se alejan corriendo hacia la batalla mientras Archie sigue discutiendo con Amodeo.

—Está bien, te daré mis alas. Pero tienes que prometerme que me ayudarás a rescatar a Aba y que no la lastimarás.

—Te lo prometo, Archie. Mis intereses ahora están en el infierno, no en la tierra. Ahora dame tus alas.

Archie se quita sus alas con un gesto de resignación y se las entrega a Amodeo. En ese momento, el cielo se llena de un resplandor blanco y aparecen varios arcángeles, entre ellos Miguel y Rafael.

—¡Amodeo, no te muevas! Sabemos que has estado haciendo tratos con los ángeles caídos.

—Esto es una trampa. ¡Archie, has fallado en tu palabra!

—¡Yo no sabía que esto iba a pasar!—soltó con horror Archie.

—No importa. Ahora eres cómplice de un crimen contra el cielo. Te llevaremos ante el tribunal divino para que rindas cuentas.

Archie se queda mirando con horror mientras Amodeo es llevado por los arcángeles. ¿Podrá Archie recuperar a Aba sin sus alas? ¿Cómo afectará esto a la batalla en curso?

Usher, Axel y Arsen miraron con horror cómo Amodeo se alejaba con las alas de Archie en su poder. Sabían que tenían que detenerlo antes de que fuera demasiado tarde.

—¡Debemos seguirlo! —exclamó Usher.

—¡Pero cómo lo encontraremos en el infierno! —preguntó Axel, frustrado.

—Esperen, yo sé cómo —intervino Arsen—. Conozco un camino secreto hacia el inframundo. Podemos llegar allí más rápido si lo seguimos.

Los tres hermanos se miraron con determinación y comenzaron a correr hacia el camino secreto de Arsen.

Cuando llegaron al inframundo, se encontraron con un paisaje infernal llamas ardientes, demonios aterradores y un ambiente hostil que amenazaba con consumirlos. Pero no perdieron el tiempo y comenzaron a buscar a Amodeo.

Finalmente, lo encontraron en un castillo oscuro y lúgubre, rodeado de demonios leales a él.

—Amodeo, suelta las alas de Archie —ordenó Usher con voz firme.

Amodeo los miró con desprecio y respondió

—¿Y por qué debería hacerlo? Estas alas son mías ahora. Puedo hacer lo que quiera con ellas.

—No si lo detenemos —intervino Axel, con un tono desafiante.

Amodeo soltó una carcajada y desató su poder sobre ellos. Comenzó a luchar contra los tres hermanos, mientras los demonios lo rodeaban y atacaban con ferocidad.

La batalla fue intensa y brutal, pero los hermanos lucharon con valentía y determinación.

— ¡Archie! ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué sacrificaste tus alas por mí?—preguntó Aba perdiendo a Baal en el proceso o al menos luchando contra su presencia demoníaca.

—Porque te amo, Aba. Siempre te he amado y siempre te amaré, sin importar lo que pase.

—¡Baal! ¡Sal de mi cuerpo!—gritó dolida Aba.

—¿Por qué debería hacerlo? Te he dado todo lo que querías poder, libertad, y la oportunidad de estar con tu hijo y tu amado. ¿Por qué querrías volver a ser débil y dependiente de los demás?—preguntó Baal con diversión.

— Porque no quiero conseguir lo que quiero a costa de la vida de alguien más. No quiero que Archie pague por mis errores. ¡Sal de mi cuerpo, Baal!—volvió a solicitar con fuerza Aba.

—Demasiado tarde, Aba. Ya eres mía, y nunca te dejaré ir.

— ¡No lo permitiré! —soltó ella.

Utiliza todo su poder para luchar contra Baal y finalmente logra expulsarlo de su cuerpo.

Archiecorre hacia Aba y la abraza.

— ¡Aba! ¿Estás bien?

Aba le devuelve el abrazo con la misma necesidad.

—Sí, estoy bien. Gracias por todo, Archie. Te amo.

—Te amo más, némesis.

Gabriel y los demás ángeles llegan.

—¿Estás bien, Aba?

—Sí, gracias a todos ustedes.

— ¿Por qué hiciste eso, Archie? Sabías que era una trampa.

—Lo hice porque la amo, papá. No puedo vivir sin ella.

—Te entiendo, pero ahora eres un humano. No puedes volver al cielo. Ya no hay nada que pueda hacer para remediarlo.

—Lo sé, pero estoy dispuesto a aceptar las consecuencias...—la voz de Archie donotó la derrota. A pesar de todo no se arrepentía de nada, por Aba era capaz de enfrentarse literalmente a los cielos y a los infiernos si eso hacía que ella estuviera bien a salvo.

—Lo siento mucho—soltó Aba dolida, sus ojos empañados en lagrimas lo miraron sintiendose de la manera más horrible.

—No te preocupes, Aba. Volvería a enfrentarme al mundo entero si hace falta—aclaró él en un hilo de voz con intensidad.

Baal ríe y se burla de Aba mientras continúa luchando contra ella. Pero algo comienza a cambiar en Aba, su mirada se vuelve más decidida y una luz dorada empieza a emanar de su cuerpo.

A medida que Baal intenta mantener su control sobre Aba, la luz se hace más intensa y finalmente explota en un destello brillante. Cuando la luz se disipa, Aba aparece en su forma natural, liberada del control de Baal.

Archie, que ha estado observando la batalla desde lejos, corre hacia Aba y la abraza. Juntos, se alejan de la batalla para estar a salvo y recuperarse.

Mientras tanto, la batalla continúa y los hermanos de Archie luchan valientemente para detener a Amodeo y sus secuaces. Usher, Axel y Arsen han unido fuerzas con los ángeles restantes y los humanos sobrevivientes para defender la tierra de las fuerzas demoníacas.

En un momento crítico de la batalla, Gabriel se une a la lucha. Él y Amodeo se enfrentan en un choque épico de espadas. Gabriel, usando su experiencia y habilidad, logra finalmente derrotar a Amodeo y detener su plan.

La batalla llega a su fin y los hermanos de Archie se reúnen con él y Aba.

Hechos de fuego y luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora