Capítulo 9

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Cuando Daenerys quiso contarle la verdad a su abuelo Corlys sobre sus poderes Rhaenys temió por su nieta, amaba amaba a su esposo pero sabía que su ambición era grande, para sorpresa de la reina que nunca fue el hombre se había vuelto más protector, Driftmark era una tumba, nadie hablaría de lo que sucedería allí y aunque Daenerys nunca mostró nada a ningún desconocido sabía que la isla era demasiado segura.

Caminar al borde de la playa le gustaba, mojar sus pies en el agua y recorrer la isla libremente, Sandor estaba detrás de ella vigilando cada paso y asegurando que nada le sucediera, llévaba casi cinco años como su escudo juramentado.

Viserion y Rhaegal había superado el tamaño de cualquier dragón de su edad, Drogon los superaba, para tener seis años superaban en tamaño a Seasmoke, Syrax casi estaban llegando al tamaño de Meleys, muchos aseguraban que Drogon sería incluso más grande que Balerion.

Habían pasado cinco años desde que hablo con el señor de la luz, el no había vuelto a contactarse con el, tampoco había tenido más cambios, solo uno, asegurandose que nadie estuviera cerca tomo una roca bastante grande y la coloco frente a ella.

-¿Hay algo que no intentes derretir?- pregunto con molestia Sandor

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-¿Hay algo que no intentes derretir?- pregunto con molestia Sandor

-Solo quiero saber si puedo derretir todo o hay algo que no- respondió de mala gana- No le digas a mí abuela

Los días en Driftmark eran calmos, la gente allí era diferente, amable y gentil, la mayoría del tiempo podía estar con personas de su edad, conversar y ser ella misma a diferencia de la fortaleza donde no podía confiar en cualquier persona.

Rhaenys y Corlys miraban a lo lejos a su nieta, cuando Daenerys le confesó lo que dijo el señor de la luz se sintieron emocionados, esa niña llevaba su sangre, les tomo algo de tiempo comprender que tuviera o no su sangre esos niños eran hijos de Laenor y nada ni nadie cambiaria eso b

Los tres niños eran radicalmente diferentes, Daenerys alegre y simpática, una guerrera nata, Jacerys un niño amable y correcto, entregado a sus estudios y sus deberes y Lucerys, ese niño era la joya de la familia, divertido y extrovertido constantemente metiéndose en pequeños problemas como robar dulces o incendiar accidentalmente la cocina tratando de calentar las galletas, el niño era una pequeña pulga pegado a Corlys.

Esa noche cenarian todos en familia, Laena estaba de visita junto con Daemon y sus hijas Baela y Rhaena, Laenor estaba allí junto a Rhaenyra, a pesar de la incómodad la cena estaba siendo tolerable principalmente por los niños quienes conversaban alegremente y contaban historias.

-¿Daenerys estás bien?- pregunto Rhaenys

Llevaba un rato largo obsevando a su nieta, sus mejillas sonrojadas y una leve capa de sudor, por momentos cerraba sus ojos, Rhaenys conocía a su nieta y sabía que algo le estaba sucediendo.

-No... no... puedo respirar- balbuceo

Rápidamente todos se levantaron y la rodearon, fue Rhaenys quien alejo a todos con ayuda de su esposo la llevaron al gran ventanal donde el aire pudiera darle

-Esta ardiendo en fiebre- afirmó Corlys tocando su mejillas y frente- Llamen al maestre

Cómo había sucedido seis años atrás, Daenerys cayó al suelo sacudiendo su cuerpo violentamente, Corlys la sostuvo hasta que se detuvo lo primero que hizo al ver el cuerpo inerte de su nieta la cargo en sus brazos y llevo a su habitación seguido de todos los Velaryon y Rhaenyra.

Jace y Luke lloraban desconsideradamente mirando el cuerpo de su hermana aferrados a los brazos de su abuela quien trataba de consolarlos, Baela y Rhaena se pegaron a sus padres esperando saber que sucedía.

-Hace años no sucedía- susurro Laenor a Rhaenyra- ¿crees que?

-Tal vez

Rhaenyra corto su pregunta evitando soltar información frente a los demás

-¿Maestre ella estará bien?- pregunto Laenor

-Debemos esperar a que despierte y saber si la convulsión tuvo consecuencias

Lo primero que vio Daenerys al abrir los ojos fue un lugar en llamas, miro atentamente cada parte del lugar buscando al señor de la luz.

-Daenerys

La joven miro al hombre de fuego con enojo, seis años sin comunicarse con ella y de la nada aparece

-Eres un imbecil

-No esperaba esa reacción

-¿Que reacción esperabas? Me dejaste por seis años con estos estúpidos poderes

-El gran otro sospechaba de mis planes querida debía despistarlo como consecuencia de ello tu preparación se vio suspendida estamos atrasados

-¿Cómo?

-No tienes ni la mitad de fuerza que deberías tener- afirmo- El invierno se acerca cada vez más y debes estar preparada para luchar

-¿Que me darás ahora? ¿Escupir fuego por la boca?

-Fuego no- afirmó-Hielo

-¿Que? No espera

-Cuando estés calmada y lista hablaremos

Luke soltó un grito al ver cómo su hermana se sentó en la cama tomando una profunda bocanada de aire, corrió tan rápido como sus pies le permitieron escondiéndose detrás de Daemon y sus hijas.

-Caminante blanco- grito escondiéndose aún más

Daenerys soltó una risita al oir el grito de su hermano mientras estaba siendo abrazada por su padre, fingió atacar a su padre sacando otro grito de su hermanito, estaba dispuesta a volver a hacerlo hasta que su madre la regaño y abrazo. Jace no dudo en abrazarla mientras que Luke la miraba atentamente a lo lejos.

Cuando todos se fueron dejando a Daenerys con sus padres, Rhaenyra no dudo en interrogarla.

-Estoy bien mamá- insistió Daenerys

-¿Que te dijo ese hombre?- pregunto Laenor sentándose frente a ella

-Nada... solo discutí con el y me envió de vuelta- mintió- Estoy bien

La partida a Kings Landing fue dura especialmente dejando a Daenerys allí, Rhaenyra y Laenor sabía que ocultaba algo pero no sabía que mientras que Daemon alargó su estadía en Driftmark principalmente para vigilar a su sobrina y averiguar que es lo que escondía.

Los días en Driftmark eran los mejores para Daenerys, entrenaba en las mañanas con los soldados y en las tardes paseaba por los puestos, Baela y Rhaena se parecían mucho a sus hermanos, había comentido un par de travesuras con Baela las cuales salieron ilesas y sin castigos mientras que con Rhaena conversaba y paseaba tranquilamente por la playa.

Para su mala suerte su abuela la había estado vigilando todo el día ya que se había despertado con algo de fiebre y tos, su mirada acusatoria y llena de sospecha la ponía nerviosa, sin dudas si su abuela hubiera sido la reina estaría asustada de comportarse mal, río al pensar en ello, seguramente se portaría mal igual sabiendo que la perdonaría.

Nuevamente había estornudado, Ser Sandor le entrego un pañuelo, al no ser tomado por la princesa miro con curiosidad lo que obsevaba, su mano no contenía mocos sino hielo, rápidamente cubrió su mano y miro hacia todos lados buscando alguna mirada.

-Vamos con su abuela, princesa

-No no... No puede enterarse

-Princesa esto no es un juego ¿y si congela a alguien?- susurro lo último

-Esta bien- se resigno- siento la boca como si tuviera menta

-Mejor sabor que tierra es

-Tienes razón

the terror of the greensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora