the terror of the greens

Capítulo 3

Su corazon ardía

Podía sentir un insoportable sentimento de angustia invadirla, como si estuviera sufriendo el peor de los dolores.

-Ustedes serán mi khalasar... Veo rostros de esclavos... Los libero vayanse si lo desean nadie los detendrá pero si se quedan serán como hermanos y hermanas, como esposos y esposas

Las personas comenzaban a alejarse poco a poco bajo su mirada, frente a ella osbservo a una mujer reírse en su rostro

-Ser Jorah ate a esa mujer a la hoguera... juro obedeserme... Yo soy Daenerys Strombong de la casa Targaryen de la sangre de la antigua Valyria... Yo soy la hija del dragón y les aseguro que aquellos que nos han dañado morirán gritando

-No me oirás gritar

-No son sus gritos los que deseo... solo su vida

Había algo dentro de la pira que la llamaba, sentía la necesidad de meterse allí y lo hizo sin dudarlo, el calor del fuego la envolvía, no había dolor ni tristeza solo fuego y sangre.

Lo primero que vio al abrir los ojos fue a un dragón en su cintura color crema, en su brazo uno color verde y sobre su hombro un dragón negro

-Sangre de mi sangre

Su mirada estaba fija en el mar pensando en que debía hacer primero, las imágenes o recuerdos como ella los llamaba la atormentaban cada noche a medida que crecía, no se detenían sino que aumentaban asustandola cada vez más por lo que veía.

Volvió a cerrar los ojos esperando volver a ver las imágenes, se concentro en el sonido de las olas golpear el barco y el olor al mar.

—Khaleesi, ése es Balerion —murmuró Aggo—, ha vuelto a nacer.
—Tal vez sea así, sangre de mi sangre —respondió Dany con seriedad—,
pero en esta vida tendrá un nuevo nombre. Les pondré los nombres de aquellos
a los que los dioses se han llevado. El verde se llamará Rhaegal, en recuerdo de
mi valiente hermano, que murió en las verdes orillas del Tridente. El crema y
oro será Viserion. Viserys era cruel, débil y cobarde, pero también era mi
hermano. Su dragón hará lo que él no pudo hacer.
—¿Y la bestia negra? —quiso saber Ser Jorah Mormont.
—El negro —dijo ella— es Drogon.

¿Eso significaba que tendría tres dragones? O solo es un simple sueño por su anhelo de ser jinete de dragón como sus padres, su abuela Rhaenys era jinete de Meleys y su tía Laena de Vhagar.

-¿Se encuentra bien princesa?

Daenerys abrió los ojos antes de girar su cabeza hacia la voz, uno de los hombres de su abuelo la miraba con atención, lo conocía bien, Sandor un hombre muy atento pero aterrador.

-Si Ser... estaba disfrutando del ruido- respondió con tranquilidad- Gusta sentarse a mi lado

Sandor no respondió pero si se sentó a su lado, ninguno hablo por varios minutos, Daenerys miraba hacia el mar mientras que Sandor miraba el piso mientras venía vino.

-Ser ¿Puedo hacerle una pregunta? Pero necesito completa sinceridad con la promesa que no habrá castigos

-Lo prometo princesa

-¿Cree que me voy a volver loca?

-¿Por qué cree eso?

-Por cada Targaryen que nace los dioses lanzan una moneda y el mundo contiene la respiración... grandeza o locura

-No lo creo princesa- respondió- Dudo que alguien tan bueno se vuelva loco

-¿Y si lo hago?

-Razones tendrá para volverse loca

Sandor la dejo sola, su mirada no se aparto del mar en ningún momento, no sabía cómo pero había logrado que su abuelo la llevará con el magister de pentos, tampoco sabía por qué pero necesitaba algo de allí y no sabía que era.

Con ayuda de su abuela peino su cabello y coloco su ropa, un hermoso vestido color celeste en honor a la casa Velaryon, cómo había aprendido con las lecciones de la septa camino con elegancia, sus manos estaban detrás de su espalda.

-Es un honor tenerlos aquí- saludo del magister de pentos- Pasen la cena nos espera

Sus pasos se detuvieron al ver la puerta roja con la que tanto había soñado, ese lugar le recordaba a algo pero no sabía que

-¿estás bien Daenerys?- pregunto su abuela

-Si lo siento me quedé impresionada con el lugar

El lugar no se veía como en sus sueños, era diferente pero la puerta roja estaba exactamente igual, sigui el plan paso por paso sin equivocarse, ceno con el magister y conversor educadamente, su pie se movía ansiosamente esperando que su infiltrado no fuera descubierto, no pudo evitar suspirar de alivio al verlo parado en la puerta al terminar la cena y solo un asentimiento de su cabeza la calmo.

Por cortesía les dieron aposentos dónde descansar hasta que partieran nuevamente, debajo de su cama tal cual le había ordenado a Sandor había un cofre, con mucho cuidado lo abrió observando su contenido.

Recordó la primera vez que los vio en sus sueños, el primero que había tomado es el verde por lo que decidió hacer lo mismo, estaban fríos, por el tiempo que pasaron guardados se hicieron piedra pero ¿por qué en su sueño había explicado?. Reviso los detalles anotados en su libreta hasta encontrar la respuesta. Bebe, hombre y bruja en la pira

Debía matar tres personas para que eclosionaran