8. Más ignorado que una ensalada en Mc Donald.

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Desde aquella vez nunca más volví a ver a Harrison, resultó raro porque es como si volviéramos a la rutina antes de que esta extraña amistad entre nosotros se formara momentáneamente, no entendía qué sucedía, no entendía nada, simplemente

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Desde aquella vez nunca más volví a ver a Harrison, resultó raro porque es como si volviéramos a la rutina antes de que esta extraña amistad entre nosotros se formara momentáneamente, no entendía qué sucedía, no entendía nada, simplemente... pensé que estábamos volviendonos amigos, pensé que seríamos amigos; no sé qué dije aquella noche, ¿será que dije algo incorrecto aquella noche y no se dió cuenta pero luego releyó los mensajes y se dió cuenta que era un enfermo mental y era mejor mantenerse a raya de mí?

Había pasado una semana, hoy era miércoles y me estaba terminando de colocar una corbata negra, iba a salir a cenar en un restaurante algo elegante con mis padres aprovechando que mi hermano mayor venía de visita. Mi hermano mayor eligió estudiar en una universidad que queda a una hora de nuestra ciudad, así que para no ir y venir todos los días en auto mis padres le compraron un departamento. Normalmente venía, solía venir los fines de semanas si no estaba lleno de tareas.

Esta vez le cancelaron las clases por un problema de abejas en su universidad y estaría cinco días en fumigación, las cosas se alinearon (o mis padres lo alinearon para su propio beneficio) para que mis papás estuvieran con nosotros sin ir al trabajo dos días, luego se irían el jueves en la noche a un asunto y volverían el sábado en la mañana o madrugada. Estaba esperando este fin de semana porque si mis padres estaban preparando las cosas para pasar el rato con Nicholas posiblemente también lo estén acomodando para una cena el sábado y domingo.

-¡Ahg! Maldita sea. -Terminé quitándome la corbata que había quedado otra vez con un nudo extraño.

-Esa boca. -Volteé asustado pensando que era mi papá pero no, siempre he creído que la voz de Nicholas y la de mi papá eran parecidas, eran iguales al hablar por teléfono, por eso siempre pregunto quién habla cuando llamo a uno de estos dos. Nunca se sabe.

-Casi me da un infarto, pensé que eras papá.

-Y te hubiera volteado la cara con una abofetada. -Apoyó su hombro en el umbral de la puerta, cruzando sus brazos mientras me miraba, ladeó un poco su cabeza y esta también apoyaba su sien en el umbral. Él sí estaba completamente vestido, llevaba una camisa blanca por debajo de un suéter negro que dejaba ver parte de la camisa blanca como el cuello, la parte de abajo un poco y las muñecas, el suéter tenía un cuello en V y pequeño, en una esquina del suéter, decía Polo, también llevaba unos jeans negros algo sueltos y unos zapatos blancos. - ¿Qué sucede, peque?

Levanté mi mano con la corbata arrugada y algo enrollada en mi mano. Ella me odia, pero es mutuo.

-No puedo colocarme esta basura.

-La corbata no tiene la culpa de que nunca supieras como ponerla. Ven aquí. -Y eso hice, fui hacia él, sin dudarlo y con su rostro serio me quitó la corbata y empezó a rodearla en mi cuello, mientras me la colocaba empezó a hablar en tono confidencial, de forma baja y disimulada. -¿Sabías que papá y mamá se van el jueves?

A mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora