debilidad

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Ama POV

El jardinero que tenía una buena edad, cortó las ramas que estaban fuera de lugar en el patio delantero. La mansión Collins tenía una enorme extensión de tierra, un muy bien cuidado césped, y una hermosa fuente en el centro del espacio, donde a cada instante caía agua, repetidamente. El hombre parecía concentrado en su trabajo, lo que atrajo mi atención hasta que oí la voz aterciopelada en el fondo.

-Agente Garza.

Sentí que un escalofrío corría por mi cuello tan pronto como sentía que la mujer se acercaba. Me volví para mirar a la mujer, cruzando la vista más tentadora esa mañana. Tragué con dificultad, dejando que mis débiles ojos analizaran cada pequeño detalle de la mujer.

- Estefanía. –Fue lo que pude pronunciar. La mujer curvó la comisura de sus labios en una sonrisa cínica, probablemente dándose cuenta de cómo prácticamente la tragué con mis ojos. En mi defensa, traté de usar todas mis fuerzas y el fragmento de cordura que me quedaba. Samantha estaba en este instante justo delante de mí, usando sólo shorts y un top deportivo que cubría sus pechos. Tenía una toalla blanca en las manos, que se deslizaba delicadamente en su cuello, donde las pequeñas gotas de sudor corrían.

-Quiero decir... Sra. Collins.

Su suave estómago estaba mostrándose completamente ante mis ojos, igual que la parte superior de sus pechos. El top tenía un hermoso escote, podría decir. Se notaba cómo la mujer prestaba cierta atención a su físico, el cuerpo de Samantha era simplemente envidiable, sin embargo para mí era delicioso. No, Ama.

-Rivera, Ama. Sra. Rivera. - ella corrigió. -De todos modos, ¿a qué debo el honor de tu visita en mi casa?

Debo haber pestañeado más veces de lo habitual, porque Samantha sonrió ampliamente antes de acercarse a la ventana.

- Estoy aquí para trabajar, señora Rivera. Fui temporalmente elegida para ser tu guardia de seguridad privado.

-¿Temporalmente?

Abril deslizó la toalla sobre sus pechos, atrayendo mis ojos tercos que se fijaban en ellos. Sacudí la cabeza y dirigí mi atención a una esquina aleatoria de la casa.

-Sí, hasta que encuentren un sustituto.

La mujer asintió con una sonrisa incrédula. ¿En dónde te metes, Ama?

-Esto será interesante.

-¿Qué? - Yo me hice la tonta.

Los ojos castaños de Samantha se fijaron en mí, y su expresión se suavizó.

- Nada. Necesitamos hablar mejor, quiero saber cómo funcionará esto.

-Por supuesto, puedo explicarlo. - Hablé alejándome de ella.

Sería cómico si no fuera trágico. Quería mantenerme alejada de lo que podía perturbarme allí, pero sería imposible.

-Muy bien, es mejor que me espere en la oficina privada de Christopher. No quiero que los empleados escuchen nuestra... - Samantha se quedó en silencio durante unos segundos, y luego volvió su atención hacia mí - Conversación.

-No veo un problema en eso, señora Rivera.

-Pero yo sí, agente Garza. - dijo con un tono decidido - ¡Eliza!

Samantha llamó, y en cuestión de segundos la mujer apareció en la sala de estar, correctamente uniformada.

-Lleva a la agente Garza a la oficina de mi marido. Voy a tomar una ducha, y bajo enseguida.

-Sí, señora. - la mujer habló rápidamente.

-Ofrécele algo de beber, por favor, Eliza. - le dijo a la doncella - prometo no tardar mucho.

Jaque Mate (Rivama)Where stories live. Discover now