El día malogrado 1/2

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-¡Papi!

Melodie corrió hacia mí con los brazos extendidos, buscando que la cargara

-Apaga eso ¡Deja de hacer ruido! -Grité

Algunos de los juguetes que le compró Isabella estaban prendidos con canciones que no entendía o simplemente mi cerebro no las procesaba, solo se enfocaba en el sonido irritador que me abrumaba. Fuí y los apagué todos

-Quiero jugar -Hizo un puchero y se dirigió al juguete otra vez y lo tomó

-¡Te dije que no! -Se lo quité

¿Cómo se atrevió a darme una hija si iba a dejarme? De verdad la odiaba tanto

Me dirigí al sillón para dejarme caer en este, el cuerpo me pesaba demasiado

-Papá, tengo hambre -Se subió al sillón y se colocó sobre mi estómago. -Papá, comida

Abrí mis ojos con molestia, estaba perdiendo la poca paz y paciencia que me quedaba

-Fuera de mi vista -Mascullé. -¡Que te largues! -Grité con desespero

Ella no hizo caso, simplemente me miró asustada y comenzó a llorar

Gruñí con frustración, la cabeza ya me dolía y todavía tenía que soportarla

La tomé de la muñeca y de un halon la bajé, ella callo sentada en el suelo y como si hubiera quedado desconcertada dejó de llorar, solo temblaba y sollozaba confundida por no saber que estaba pasando

La miré con desprecio y me fuí sentando lentamente para quedar frente a frente, agaché mi espalda y llevé mi mano a sus mejillas ejerciendo un poco de presión

-Eres igual a ella ¡Debiste irte con ella! -Reclamé. -Fue muy mala idea de esa mujer dejarte aquí -Solté su mejilla con un poco de brusquedad. -No te quiero ver más -Me levanté y me dirigí a mi habitación dejandola atrás

Como si hubiera hablado con la pared, ella fue detrás de mí, aunque volví a gritarle que se alejara, simplemente no me entendía

No importaba que le dijera, ella seguía apareciendose en mi camino y seguía llorando cuando le repetía que se largara, era una rutina, es tan terca como lo era su madre

De tal palo, tal astilla

A donde yo estaba, ella estaba y no me dejaba en paz. No quería verla, no quería estar cerca de ella, mirarla me causaba migraña y enojo

Incluso le pegué hace unos días, le dí una cachetada y ella no hizo nada más que llorar y al siguiente día volvió a fastidiarme ¿Cuántos golpes más debía darle para que me dejara en paz?

.

-¿No quieres volver al trabajo? Ya pasó un tiempo -Habló Taehyung viendome con preocupación

Mi mirada estaba perdida en el suelo, casi no podía entender lo que decía, como si mi mente estuviera en otro lugar, talvez era por la resaca que tenía de la noche anterior

-Jungkook. No puedes seguir así hermano, debes reaccionar. Cada día te veo peor -Se frotó el seño. -Es hora de que avances

Lo miré con desánimo como si me estuviera obligando a mover los ojos

-No necesito que me des consejos. Largate

-Jeon, me preocupas. Vas a terminar matandote si continuas así ¿Si quiera comiste hoy? Isabella se fué, pero no te puedes dejar morir por eso

-No menciones ese nombre -Dije con molestia

-Está bien, no hablemos de eso e ignoremoslo aunque sea eso lo que te tiene así -Lo fulminé

El día en el que mi niña dejó de quererme Where stories live. Discover now