El día en el que mi niña dejó de quererme

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Melodie.

-No sé de donde sacaste eso, pero es hora de que pares

-Te estoy diciendo la verdad, ella te mintió -La señalé

-Te dije que te detengas, no voy a creerte

-¡Ella no es tu hija!

-¡Ya basta! No permitiré que sigas diciendo esas cosas, es suficiente Melodie

-¿Por qué no me crees? -Mis ojos tomaron un tono carmesí

-No tengo porque creerte esa estupidez. ¡Hay límites y los estás pasando!

-Esa mujer te hizo creer que era tu hija, pero no es así -Repetí frustrada. -Hazle otra prueba de paternidad. Si no me crees talvez eso te haga cambiar de opinión

-¿Y si fuera así que?

-¿Que? -Fruncí mi seño

-¿Crees que cambiaría algo? ¿Crees que la abandonaría? -Soltó una risa irónica. -Talvez tu ridículo odio hacia ella no te deja pensar con claridad, pero eso no significa que yo también deba pensar como tú -Me señaló. -La estoy creciendo y la quiero  ¡Como mi hija! y así se va a quedar. Si lleva mi sangre o no. Eso me importa un carajo

-¿Seguirás creciendo a una hija que no es tuya? -Expresé con notable decepción

-Toda mi vida crecí a una hija que no quería -Mis lagrimas comenzaron a correr. -¿Por qué no crecería a una hija que si quiero solo porque no lleva mi sangre?

-¡¿Por qué estás diciéndome esto?! -Empecé a llorar. -Tú siempre serás igual ¡Siempre serás igual!  -Hablé con dificultad 

-¡Callate! Yo no tengo tiempo para estos berrinches, Melodie -Me fulminó. -¿Con qué propósito viniste a decirme esto? -Negó. -Solo largate y deja de creer que haré todo lo que tu quieras, y nunca jamás vuelvas a decir que Diana no es mi hija o no te lo dejaré pasar, te lo advierto

-Debí dejar que te engañaran -Hablé entre dientes

Agaché mi mirada con aflicción mientras mis lagrimas no dejaban de correr

No debí decirle nada

-Y si fuera a deshacerme de una hija -Volteé a verlo con desilusión, sabiendo perfectamente lo que estaba por decir.
-Esa serías tú y lo sabes

Si... lo sé...

-¿Melodie?

¿Y si algo así pasa? Es lo más probable...

-Melodie -Habló Jungkook otra vez sacándome de mis pensamientos. -¿Qué tienes? -Me tomó de la mano. -¿Qué es la verdad que debes decirme? ¿A que te refieres?

-¿Qué? -Lo miré confusa

-No, no es nada -Dijo Denise nerviosa

-Callate -La interrumpió. -Le pregunté a mi hija, que ella me responda -Se colocó enfrente de nosotras

Sacudí mi cabeza para volver a la realidad del ahora. Ya estaba en la tierra

Noté como Denise se tensó y se puso palida como si me estuviera suplicando no abrir la boca

Sonreí de lado, muy placenteramente al ver su angustia

-No se si deba decirtelo

-Dimelo mi amor -Le dedicó una mirada molesta a Denise y clavó su vista en mí. -Sin importar que sea, tienes que decírmelo

-Bueno... -Balbuceé

Noté como la oxigenada se retorcía de miedo y rabia al verme que estaba a punto de exponer sus secretos