YEAR 7 𝑫.𝑴. -Traducción.

46.- La réunion.

'Lo prometo.' Los delgados dedos de Draco rodearon suavemente la parte posterior de su cuello, pero no apartó la mirada de ella ni una sola vez. '¿Puedo?' Sus palabras fueron suaves y gentiles.

Claire se atrevió a mirar sus labios y una chispa de electricidad la atravesó.

Se sentía como si estuvieran a punto de volver a besarse por primera vez.

Sus pensamientos ansiosos se derritieron como hielo en un caluroso día de verano y ahora todo en lo que podía pensar era en él.

"Sí, por favor", suplicó descaradamente.

Su voz lo hizo estremecerse.

Había algo en ella, algo que él todavía no podía entender del todo.

Estudió el color marrón de sus ojos desesperados y cerró el puño con la mano derecha.

Sin más vacilación, Draco presionó sus labios contra los de ella y ya nada más importó.

Todo lo que había sucedido o dicho hoy se volvió insignificante para Claire.

Lo único que importaba era él.

Deslizó sus manos por su cuello y enredó sus dedos en su cabello rubio.

Necesitaba estar más cerca de ella.

Ella se empujó contra él y Draco respondió con un gruñido bajo, soltando su cuello.

Sus manos codiciosas viajaron hasta su cintura y la acercó aún más.

Sus cuerpos se presionaron el uno contra el otro con desesperación, mientras su beso se hacía más profundo.

Con un movimiento rápido, le rodeó las piernas con los brazos y la levantó.

Con un ruido sordo, su espalda se estrelló contra la puerta detrás de ellos.

Draco se apartó apresuradamente de su beso. '¿Estás bien?'

Completamente nerviosa, todo lo que Claire pudo hacer fue asentir.

Una sonrisa burlona y que le debilitaba las rodillas bailó en los labios de Draco antes de besarla de nuevo, esta vez lenta y apasionadamente.

Viajó sus besos hasta su mejilla, su mandíbula y, finalmente, con mucha cautela, hasta su cuello.

Claire dejó escapar un suspiro desesperado de sus labios mientras agarraba su jersey de Slytherin, con la tela apretada entre sus dedos.

"Quítatelo", suspiró. "Quítatelo, Draco".

Su voz le sonó como el paraíso, la forma en que dijo su nombre con tanta desesperación fue como una droga para él.

La volvió a bajar suavemente e hizo lo que le dijo.

El jersey de Slytherin se deslizó de su cuerpo y dejó al descubierto su camisa abotonada, pero él sabía lo que ella quería.

Y él se lo iba a dar. Quería darle todo a ella. Todo él.

Con movimientos agonizantemente lentos, Draco se desabrochó la camisa blanca hasta el último.

Los ojos de Claire recorrieron descaradamente su pecho desnudo y se lamió los labios con anticipación.

El corazón de Draco latía con fuerza contra su pecho y contuvo la respiración cuando ella rozó su piel con sus frías manos.

Tan pronto como ella levantó la vista y él vio esa mirada hambrienta en sus ojos, tomó su rostro y la besó de nuevo.

Sus manos estaban por todas partes, por todo su pecho, espalda y brazos. Ella no podía obtener suficiente de él.

Draco sonrió durante el beso y se atrevió a dejar que su mano se deslizara debajo de su camisa, agarrando la parte baja de su espalda desnuda para acercarla nuevamente.