Capítulo 1:

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Viernes:

En medio del caos de la concurrida ciudad de California, me ajustaba mi abrigo para entrar en posición, ocultándome entre la multitud mientras observaba a Thiago desde la distancia. Con el oído atento a cualquier movimiento sospechoso, la mirada se me deslizaba entre las personas que pasaban.

-Localizado- hable yo por el micrófono que nos unía a mi jefe y a mí.

Thiago, ajeno a las sombras que lo acechaban, se movía con la elegancia de un atleta consumado. Su figura destacaba incluso entre la bulliciosa multitud. El, con su sonrisa fácil y su carisma natural, atraía la atención a su paso.

-¿Amenazado de muerte y paseando, que se cree que esto es élite?- comento mi jefe por lo que supe que el padre del susodicho estaría al lado de él.

Suspire, consciente del peso de la misión. La protección de Thiago no era un trabajo más; representaba la oportunidad de demostrar mi valía como la detective más joven en mi promoción.

Es más Thiago y yo solo nos llevábamos un simple año.

-Vale, va a girar hacia el paseo de la fama en 3... 2... 1...- hizo una cuenta regresiva su padre por mi micrófono.

-Ay perdón- me choque contra el en un intento de encuentro casual.

-No es nada- dijo tendiéndome la mano a lo que yo se lo agradeci.

-Soy Lily- le dije esperando que el también me dijera el suyo.

-Thiago- me dijo estrechandome la mano como si fuera un chico de negocios.

-¿Sabes dónde queda la universidad de Stanford?- yo ya sabía que el acudía a esa universidad así que me vendría genial la estrategia.

-Eh si, de hecho voy hacia allí- me miró con un semblante frío mientras colgaba el móvil en numerosas ocasiones.

-Guay- hable yo como una adolescente a la que le acababan de entregar su primer teléfono.

Cogí mi maleta y la mochila que se había desprendido en no se que momento hacia el suelo y pusimos rumbo a Stanford ya que quedaba una media hora de trayecto.

El problema esque no teníamos coche o claro al menos yo, el tendría un chófer personalizado y exclusivamente solito para el.

Algo que no dudó en hacer, lo llamo y le dijo que viniera hasta nuestra ubicación yo en cambio hacia rato que había desconectado mi micrófono así que lo enchufe para que escucharán todo el trayecto.

-¿Así que este coche es tuyo Thiago?- pregunté interesadamente, no es que me encantarán los coches pero me impresionaba que a su corta edad tuviera más coches que todo un país junto.

-Sí, es mi último capricho. ¿Qué te parece?- respondió ante mi pregunta mirándome directamente a los ojos.

-Impresionante, ¿qué haces para haberte comprado este coche?- parecía un poco desesperada con tantas preguntas.

-Mi padre es empresario ¿Te interesa su trabajo?- levanto las cejas con cierta incertidumbre sobre tantas preguntas hacia el.

- Solo que me gusta saber con quién comparto mi tiempo- conteste quitándole importancia al asunto algo que al el pareció descolocarle totalmente.

Bajo del coche con una sonrisa amplia, el sol reflejándose en su cabello rubio y su camiseta de fútbol americano.

Yo simplemente salí con mi falda de cuero y mi top color blanco, llevaba un aire de confianza y naturalidad al igual que siempre.

-¿Lista para el juego de esta noche?-se volvio hacia mi con un gesto de complicidad.

¿Me acaba de invitar a verlo o me lo he imaginado yo?

𝓕𝓾𝓮𝓻𝓪 𝓭𝓮 𝓳𝓾𝓮𝓰𝓸Onde histórias criam vida. Descubra agora