Karina: Bueno, aquí hay un montón de gente que busca, básicamente poliamores. Cualquier cosa estaré en mi despacho. Espero que disfrutéis la noche.
Heng: Gracias Karina.
Rebecca movió su mirada por todo el salón, estaba decorado con luces leds rojas y rosas, daba un ambiente atrevido al lugar, en el fondo de ahí, vió a una mujer de cabello castaño, sentada sola en una mesa mientras bebía una copa de vino.
Heng: Amor. Estás lista?
Becky: Eh? Si, estoy lista.
Heng: Bien.
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Heng: La encontré, es perfecta amor.
Becky: Emm, hola.
Heidi: Heidi, encantada Rebecca.
Becky: Igualmente.
La pelirroja no estaba muy segura, esa mujer le traía malas vibras.
Heng agarró a su mujer del brazo y habló con ella.
Heng: Que te parece?
Becky: No me gusta.
Heng: Que? Pero si es preciosa.
Becky: No en ese sentido. En el sentido de que me trae muy malas vibras. No me gusta por eso.
Heng: Pues ya me dirás a quien escogemos Becky, llevamos casi dos horas aquí y no te gusta nadie.
No le dió mucha importancia a las palabras de su marido, ya que, había visto a la mujer castaña de antes, clavando su mirada en ella.
Eso la puso algo nerviosa, tanto, que algo recorrió todo su cuerpo.
Heng: Becky. Becky?
Becky: Que pasa Heng.
Heng: Que que hacemos entonces? Nos vamos a casa?
Becky: Ella.
Heng: Que?
Becky: Ella. Ella me gusta para nosotros.-Respondió mirando a la mujer.
Heng: Segura?
Becky: Segurísima. Mi instinto no falla.