Capitulo 33: La música

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—¿En serio? —pregunto yo sorprendida y Mick asiente tres veces con la cabeza.

—Te lo tenías bien guardadito ¿Eh Michael? —Jana utiliza su nombre completo dándole énfasis a lo que ha dicho.

—¡Que viva el amor! —agrega Elisa, aplaudiendo a Mick.

Pero Mick ahora nos mira a todos bien raro, como con ganas de soltar una carcajada de los nervios.

—¿Que? —inquiere Ian con la voz un poco ronca después de recuperarse.

—Como escuchas, con July —repite Mick con una sonrisa divertida—. Pero es un amor imposible, ella es mayor que yo, jamás se fijaría en mí —actua con fingido dramatismo.

—Eso no puedes saberlo —intervengo frunciendo el entrecejo.

—Estoy de acuerdo —opina Jana.

—¿A ti no te molesta? —le pregunta Mick a Ian.

—No, que va —niega con la cabeza—. Solo no me lo esperaba.

—Ay sí, yo tampoco, mientras tanto mi enamoramiento por tu July será un: amor prohibido murmuran por las calles —Mick canta un poco de una canción en español y vuelve a sonreír divertido—. Sino que se prepare para la amortentia.

—Sí, solo tu puedes hacer eso —asegura Jana.

—Sera todo un reto —Mick y Jana sueltan a reír.

Miro a Ian que me devuelve la mirada, encogiéndose de hombros después de mirar a Mick.

—¿Que te paso en el pelo? —indaga Elisa, después de que han dejado de reir y es que Mick ciertamente se le ven algunos mechones de cabellos más largos que otros, disparejos.

—Pues, necesitaba otro corte de cabello —responde muy digno.

—¿Y quién te ha hecho esa corte? —habla Jana.

—Yo mismo, por eso a quedado así de genial —dice pasándose una mano por el cabello y Elisa trata de contener una risa—. Ustedes jamas podrían, no entienden de moda.

—Nunca cambies, en serio —le pido divertida y él hace un gesto con la mano para que me despreocúpate.

—Que cambié es imposible —asegura Ian mirando a su amigo.

Las clases siguen y sí, se pasan un poco lentas, pero cuando entramos al salón de música, la clase extra que comparto con Elisa e Ian, parece que ha valido la pena.

Ian a penas entra se va en busca de la guitarra y se queda en un rinconcito con ella, en cambió Elisa me jala con ella y agarra una pandereta entre sus manos, para después mirarme con una sonrisa.

—Es bonito —comenta echándole una mirada a Ian, para después regresarla a mí.

—¿El que?

—El como él te mira y tú lo miras a él, se ve tan real, es bonito —sonrie haciendo sonar la pandereta.

Yo sonrió un poco tímida y miro a Ian que esta muy concentrado en lo que hace.

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