La historia trata de la vida de Alice Miller, ella está enamorada de su mejor amigo de la infancia Oliver Jones, pero su amistad quedó en el pasado provocando que en el presente ni siquiera se puedan mirar. Ellos volverán a hablarse después de mucho...
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13 de diciembre del 2017
Aunque no lo parezca, hacer una carta de amor no fue nada sencillo. Sentía ese sentimiento extraño de no saber cómo expresar todo lo que puedes sentir por alguien. Ni lás palabras de mil diccionarios podrían hacer justicia a lo que me pasa cuando lo veo.
Pero trate de recordar cada momento vivido, cada risa, travesura, juegos, cariño y hasta llanto. Todas las escenas en las que él a estado en mi vida, lo convertía en una película maravillosa. Una que quisiera que nunca acabará.
No tengo idea de lo que pasará cuando Oliver descubra todo, pero estoy segura de que pase lo que pase, él va a seguir a mi lado. Porque lo prometimos juntos, y así vamos a continuar; siempre lado a lado.
En secreto y con ayuda de la señora Lucy, compré un sobre dónde guardar la carta. A pesar de habernos mudado, seguíamos visitando su negocio y hasta la invitabamos a cenar todos los domingos. Era como si fuera mi abuela no biológica, lo cual me hacía muy feliz ya que mis abuelos paternos fallecieron cuando yo tenía tres años, y sobre mis abuelos maternos no se nada, es como si no existieran. Quisiera que la señora Lucy fuera mi abuela, es una mujer cariñosa, amable, sencible y muy buena cocinando.
Ella no tiene nietos a pesar de ya tener cincuenta y cuatro años, tiene un hijo pero dice que siempre está trabajando. Ella dice que desde la primera vez que me vio me adoptó como su nieta, y no hay fuerza en el universo que pueda cambiar eso.
Se que siempre la amaré y cuidare como mi abuela, porque después de todo. Mientras exista amor, cualquiera puede ser parte de tu familia, y tú de ella.
El sobre era de color blanco y venia con una pegatina de flor para cuando lo quieras cerrar, se veía tan delicado y hermoso. Abrir ese sobre sería como abrir mi corazón entero, pensar en eso me ponía la piel de gallina. Estuve días tratando de encontrar las palabras perfectas, por fin contaría lo que tanto tenia atrapado en mi corazón.
Al principio el lápiz me pesaba, costaba hasta pensar palabras coerentes, pero de a poco el lápiz comenzó a moveré solo. Mi mano se movía libre por la fina hoja de color rosa pastel.
No pensaba, solo sentía. Cada movimiento era lento como una vieja hoja cayendo de un árbol, el ambiente también se relentizaba, sentía que podía parar el tiempo con ese solo lápiz en forma de conejo.
Y cuando me di cuenta, la hoja ya estaba completada. Ni siquiera estaba consiente de lo que decía, tuve que leer la carta varias veces. Fue impresionante darme cuanta que todo lo que necesitaba estaba ahí, simplemente marcado
Emocionada doble cuidadosamente la hoja, la puse en el sobre y lo cerré con la pegatina. La mire durante unos minutos pensando en todo y nada. Estaba lista, preparada para abrir mi corazón.
Tengo tanto miedo, euforia, temblor, inquietud, sudor y con ganas de vomitar sinceramente. Pero nada de eso parara mis pasos que avanzan cada vez más por lo que quiero.
