—me alegra ser el primero —como siempre su ego hablando

Le doy el collar y me lo coloca. Al parecer el no ha abierto mi regalo.

—vamos, ábrelo

No se lo digo dos veces para que lo abra, es un perfume que a mí parecer olía muy rico y un reloj muy costoso.

—es muy costoso —digo feliz —asi tenía la certeza de que si lo usarás

—lo que tú me regales ten por seguro que voy a usarlo —susurra serio.

—Hebe te buscan —volteo cuando Nil me llama —un chico de una florería te tiene un paquete.

Un chico entra a la sala con un ramo enorme de tulipanes rojos.

Flash back...

—no lo voy a negar, Nil —dejo salir un suspiro —es guapo, me regaló una docena de rosas —lo hizo ayer en la mañana —aunque mis preferidos son los tulipanes, pero es lindo conmigo.

—Nil es un idiota —finge tranquilidad, lo sé porque su mandíbula cada vez está más apretada —una docena —rie sin humor —es una porquería.

Final del flash back.

No volteo pero se que Malik está viendome.

—¿La señorita Hebe Vinter? —asiento sin poder decir nada.

Me extiende el ramo que es incluso más grande que yo. De soslayo veo que Harry intercala la mirada entre Malik y yo.

Tomo el ramo y tomo la cartita que tiene:

Cómo doce es una porquería, tu mereces todas las flores del mundo pero ni con todo el dinero que tengo, podría comprar todas las flores que mereces, así que decidí regalarte 200 tulipanes. No eres como todas las demás, pero eso es lo que me gusta de ti. Se que no te gustan las rosas y menos color rosa. Espero te gusten y las disfrutes.

Atte: M. M. B

—¿Qué dice? ¿De quien son? —ingrid como siempre tan chismosa.

—no dice, solo comenta que son doscientos tulipanes —Malik se hace el sorprendido

—wow, doscientos tulipanes, es demasiado —me ayuda cuando casi se me resbalan

—gracias  —volteo hacia los demás y me pongo roja porque todos nos están viendo.

—al parecer te están lloviendo bellakos del cielo, ahora que estás oficialmente soltera...—Nil siempre con sus ocurrencias

—idiota —murmura Harry pero nil lo escucha y sonríe malvado.

—....seguramente te trata como princesa, te cuida, es más alto que tú, te deja manejar sus carros lujosos y no te maltrata, ni te manipula —las últimas dos cualidades las remarca más y voltea a ver Harry.

«Nadie se había atrevido a tanto»

—bueno vamos a bailar —Herodes le da un codazo a su mejor amigo.

Pasamos un rato más conviviendo, platicando, brindamos y a la una de la madrugada Herodes, Alexander y yo, decidimos llevar a Ash, Malik, Nil, Walter e incluso a Ingrid, a dónde Herodes y yo solíamos correr.
Hoy se conlleva la carrera más chida y más grande de Londres, era la carrera en la que más me gustaba participar. Mi prima jamás me fue a ver a una carrera, porque le daba miedo. Literalmente salimos con la misma ropa con la que nos vestimos para la cena de Navidad.

Mi Vida, Mi Destino Where stories live. Discover now