-Aléjate Ian, aléjate ahora mismo – escucho que dice Amira, su voz suena firme, pero sé que tiene miedo.

-¿Sino qué? ¿Vas a gritar? – le dice de forma burlona, y yo estoy a punto de empujarlo, cuando escucho su voz, y me impresiono porque la pequeña se las arregla para sonar segura y totalmente fría.

-¿Sabes quién soy? Soy la hija del Alfa de la manada Red Blood, ¿sabes lo que va a sucederte si digo que me estás molestando? Aléjate ahora mismo – siento que es suficiente, quiero sacarla de este aprieto y realmente yo mismo no puedo contenerme más, ni a mí, ni a Tyr.

-Te dijeron que te alejes – siento mi voz distorsionada, sé que tanto Tyr como yo estamos presentes en este momento, también sé que si no me controlo al menos un poco puedo matarlo, nunca me había sentido tan enojado.

Empujo su cuerpo lejos de Amira, le echo un vistazo rápido a ella para asegurarme que está bien, giro mi cuerpo nuevamente hacia el hijo de puta, y veo que intenta levantarse, pero no lo dejo, de un fuerte golpe en la mejilla vuelvo a dejarlo acostado, le doy otro golpe más y siento como se quiebra su nariz, veo sangre pero no me importa ni mierda, cuando doy mi tercer golpe siento que hay más personas a nuestro alrededor, pero tampoco me importa, y por eso doy un cuarto golpe.

-¡Para! Kilian debes parar – sé que es la voz de Kenneth, pero no me importa lo que tenga para decirme, y sé que él no puede conmigo.

-Kilian – ahora escucho la voz de Amira – Déjalo, por favor, déjalo – noto su voz quebrada, y mi puño queda congelado en el aire, me giro para mirarla, se encuentra abrazada a sí misma – para, por favor – me susurra con sus ojitos cargados de lágrimas, y yo salgo de arriba del infeliz para caminar, con cautela hacia ella, Amira no se mueve de su lugar, no rehúye de mí, por el contrario, me espera, y eso tranquiliza mi corazón, ella sabe que nunca la lastimaría.

-¿Estás bien? – pregunto tomando su cara entre mis manos, mirando cada detalle de ella.

-Sí – me susurra, noto como enseguida sus mejillas se tiñen de rosado.

-Quiero que lo lleven a los calabozos – digo sin mirar a nadie más que a Amira, sé perfectamente que los que están detrás de mí son guardias.

-No – me pide ella y yo frunzo mi ceño, ¿por qué lo defiende? – Si lo llevas a los calabozos tenemos que darles explicaciones a nuestros padres y...

-Y eso es lo que vamos a hacer – la interrumpo, pero ella niega aceleradamente con su cabeza

-No, porfi Ki – joder, esta niña acababa de desarmarme completamente, su carita de gato con botas me tiene jodido – Mis padres no van a poder irse de la manada tranquilos, ellos sienten que acá voy a estar bien protegida, no quiero agregarles una preocupación más – suspiro y cierro mis ojos, sé que lo que dice es verdad, los tíos no estarían tranquilos si se enteran de lo que acaba de pasar.

-Está bien – concuerdo y saco mis manos de sus mejillas.

-Gracias – me dice y se abraza a mi cuerpo, yo la rodeo con mis brazos de forma instintiva.

-¿Alguien me puede explicar qué carajos pasó? – Pregunta Katia sin entender nada

-Ahora no – le digo lo más dulce que puedo, aunque noto que mi voz es demasiado hostil para hablarle a mi hermana – Quédense con ella y no se muevan de acá – le pido a los mellizos y me giro, viendo como entre dos guardias sostienen al imbécil – No voy a encerrarte, eso vas a tener que agradecérselo a Amira, aunque no lo vas a hacer, porque no vas a volver a acercarte a ella. La próxima vez que te vea cerca de ella o de alguna de mis hermanas, estos golpes no van a ser nada. Esto no es una amenaza, es una puta advertencia – escupo - Espero que no vuelvas a tratar en tu puta vida así a una mujer, porque si me entero que lo vuelves a hacer, tampoco la vas a tener tan fácil como esta vez. ¿Quedó claro?

-Sí – susurra y yo asiento con mi cabeza.

-Llévenselo a sus padres, digan que tuvo una pelea con algún cachorro de su edad – pido y ellos asienten con su cabeza, para después girar y arrastrar al cachorro. Yo me quedo mirando hasta que los veo desaparecer, junto todo el aire posible en mis pulmones y me giro hacia los tres adolescentes que esperan callados y juntos, mis hermanos tienen cara de confusión y Amira ganas de irse de allí – Ahora tú vas a explicarme cómo es que terminaste sola en el bosque con ese imbécil – digo casi gruñendo, Amira se estremece y se pega más a Katia.

-Yo se lo presenté a Ami, pensé en que harían buena pareja, ¿por qué lo golpeaste? ¿Por primo celoso? - ¿primo? Amira no es mi prima, nunca lo fue y definitivamente nunca lo va a ser.

-Y yo dije que eso no era buena idea – aporta mi hermano.

-Van a tener que aprender a elegir bien a sus amigos, y tú Katia no vas a volver a presentarle a nadie – los dos se estremecen, y noto como los tres se juntan más, nunca, en mi vida, les había hablado de esta forma a ninguno de mis hermanos – Ian intentó hacerle vaya uno a saber qué cosa a Amira, y ella le dejó muy claro que no quería. Ahora, alguno de ustedes me va a contestar la siguiente pregunta, ¿qué hubiera pasado si yo no llegaba a tiempo? – pregunto con mis dientes apretados, noto un poco de sangre en mis manos, tengo mis puños cerrados y mis garras ya un poco fuera. Veo como Amira se estremece, Katia está sorprendida y se siente culpable, Kenneth se encuentra enojado, quiere golpear a alguien. Ninguno de los tres se atreve a contestarme – Todos saben qué pudo haber pasado, así que es la última vez que tú te vas sola con un chico al bosque – le digo a Amira – es la última vez que tú le presentas a alguien – le digo a Katia – y es la última vez que tú les dejas hacer algo cuando sabes que está mal – esta vez me dirijo a Kenneth. Los mellizos asienten rápidamente con su cabeza, veo como Katia tiene sus ojos llenos de lágrimas, pero no quiero ir a abrazarla, necesito que entienda lo grave que pudo ser todo esto.

Estoy tan concentrado en mi hermana que no noto cuando Amira se acerca a mí, su pequeña mano se encuentra en mi brazo derecho, y su boca habla, pero no escucho lo que me dice, intento aclarar mis pensamientos para escucharla.

-Kilian – me llama – Kilian – sacude un poco mi brazos y mis ojos se dirigen a los suyos – estás lastimándote – me dice alarmada y yo miro mis manos, definitivamente me estaba lastimando, algunas gotas de sangre caen hacia el suelo. Abro mis puños y Amira enseguida toma con sus pequeñas manos mi mano derecha, para poder examinarla bien – Enseguida va a dejar de sangrar y se va a curar – me dice y yo asiento con mi cabeza.

-Vamos a la mansión, se terminó la fiesta para ustedes tres – les digo y los tres asienten con su cabeza, para después los cuatro comenzar a caminar. A mi izquierda va Kenneth, a mi derecha Amira y a su derecha mi hermana.

-Lo siento muchísimo Ami – escucho que le dice mi hermana, Amira suspira suavemente.

-No es tu culpa Kat, después de todo yo acepté – sentencia, y ambas se miran, noto la tristeza en los ojos de mi hermana, mañana volveré a hablar con ella, hoy ya no puedo hacer nada más, solo llevar sanos y salvo a estos tres hasta la mansión.

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Hola holaaaa, ¿como andan?

Quiero agradecerles a todas y cada una de ustedes por su apoyo, por entender por qué subo solo una vez por semana y por su buena onda, son muy lo más!

¡Que tengan una buena semana!

Una Loba para el CachorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora