38 - Ella

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Mí indecisión solo atrasó las cosas. O eso esperaba. Hasta no verlo, no podría confirmar nada sobre nuestros planes.

Ese fin de semana regresé al bar por la mañana con la esperanza de verlo. Por suerte estaba ahí, tras la barra, concentrado con una libreta.

—Espero no haber llegado muy tarde —le dije sacándolo de su tarea.

Me sonrió como si no hubiera pasado nada malo en estos días. Y esa sonrisa logró tranquilizarme.

—Depende para que.

—¿Acaso he llegado tarde para algo?

—Si es para las donas, si. Nos hemos quedado sin.

Reímos.

Y mí interior volvió a un equilibrio que me generó mucha paz.

Todo estaba bien.

Dudar no había causado nada malo. Solo me ayudó a confirmar que, a veces, seguir al latido aunque no tenga mucho sentido, puede ser la respuesta a muchas cosas.

Corazón de hojas (Amor de estaciones #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora