Había mucha gente y era entendible, era sábado por la noche y el único acontecimiento de la zona. Siempre llegaban personas de ciudades y pueblos vecinos para acompañarnos en el festejo.
Con mis amigas, nos ubicamos en un lugar de la playa para poder escuchar la banda y disfrutar del festejo.
Desde que llegué, intenté divisar el bar de siempre. Estaba bastante lejos de donde nos ubicamos, así que no logré ver mucho desde ahí.
—Iré a comprar algo para tomar –—les avisé.
—¿Segura? ¿Estás bien?
—Si, solo quiero tomar algo.
—Pero si tu nunca tomas.
—Pero hoy me apetece tomar algo.
—¿Quieres que te acompañe?
—No, está bien. Ya vengo, no se muevan de lugar.
Avancé esquivando a la muchedumbre sin saber muy bien cual era mi objetivo al acercarme al bar.
Cuando llegué, pude ver que estaba bastante lleno de gente. Pero no me costó verlo. Estaba del otro lado de la barra, concentrado atendiendo gente y pasando los pedidos, cobrando y entregando los tragos que iban saliendo. Me quedé congelada observandolo, tan suelto, tan confiado, sonriendo y hablando con los clientes.
De pronto, sus ojos se encontraron con los míos y se detuvo unos segundos hasta regalarme una sonrisa que respondí sin pensarlo mucho.
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Corazón de hojas (Amor de estaciones #2)
Short StoryUn joven arma su mochila y sale de su pueblo con destino a todas partes. Su único objetivo es recorrer el mundo. Una joven de la gran ciudad está viviendo su sueño de ser maestra. En esos años son muy pocas las mujeres que logran tal independencia...