Capítulo 5

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Calle.

Quité los guantes de cuero de mis manos escuchando a Antúa parlotear a mi lado.

Pensé que montar quitaría mi mal humor.

— ¿Tú padre sigue enojado contigo?— preguntó.

— Eso es poco. — repliqué en un bufido. — Ya empezó a quitarme según él mis lujos y ya está buscando la forma de quitar el patrocinio.

— Ni hablar de volver a Europa, ¿cierto?

Le di una mala mirada y él alzó sus manos inocente, negué ligeramente apretando los labios.

Sí, pensé que la amenaza de papá sería una de sus otras promesas vacías, pero está vez me equivoqué. Él de verdad estaba comportándose cómo un padre autoritario, a mi punto de vista parecía cómo un monstruo quitando mi paleta favorita.

La paleta era el dinero y mi sueño de ser jinete, dejándome atorada aquí, aunque por los momentos no me convenía volver a Europa.

Por qué carajos todo se había complicado. Si tan no hubiera sido tan estúpida, no estaría aquí.

Papá sabía que al quitarme todo, solo así iba a caer en su red para trabajar con él y seguir con el negocio familiar, el cual me parece detestable y más cuando Evelyn trabaja ahí.

No sabía que hacer en realidad.

— ¿No habrá una forma de qué llegues a un acuerdo?

— No lo sé. — admití. — Hoy iré a jugar golf con él.

— Busca la forma de convencerlo, no sé, debe haber una forma. — sugirió mi amigo.

— Veré qué hacer.

— ¿Y tú ex? ¿Leíste la información que te enviaron?— eché los hombros hacia atrás al oír aquello.

— Aún no.

— ¿Por qué no?— presionó Antúa. — Se supone que para eso le pagaste al detective.

— No estoy preparada y déjame en paz.

Apresuré el paso alejándome de Antúa, no quería hablar sobre mi ex.

— ¡Tendrás que leerlo, Daniela!

Salí del centro ecuestre para dirigirme a mi coche, me subí a él encendiendo el aire acondicionado, arranqué el motor para dirigirme a casa y darme un baño.

Tenía que pensar en una forma de que papá no cortará el patrocinio y así poder irme de Miami otra vez con el paso del tiempo, así volvería a empezar de cero otra vez.

Al llegar a casa estacioné el coche, me eché contra el asiento cerrando los ojos unos segundos, llené de aire mis pulmones para tomar mi teléfono del asiento del copiloto. Lo desbloqueé para dirigirme a mi correo y revisar el que me envió el detective que contraté.

Con manos temblorosas empecé a leer lo que decía.

De: H. <H.Maslov@gmail.com>

Para: Daniela. <danielaacallee@gmail.com>

Asunto: Investigación.

Buen día, señorita Calle.

Me reporto con usted para darle más información sobre la persona que me pidió investigar. Le comento que se mudó a Madrid luego de dejarla a usted, según tengo entendido está trabajando en un proyecto para luego irse a su país natal.

Asimismo me enteré de que su ex pareja está en planes de boda...

Dejé de leer el correo tratando de ignorar  esa palabra, pero era imposible, parecía que esas cuatro letras habían abarcado todo el correo y solo podía leer eso.

Indeleble || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora