Especial de Halloween

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Puede que sea su primera vez estando tras las rejas, pero ya es consciente del ambiente que se maneja y no es un tipo pequeño, tiene veintisiete años y ha matado a dos hombres a mano limpia, si uno intenta pasarle por encima, no le costará añadir otros diez años a su condena, ya está para pudrirse y no es como que los demás sean menos culpables que él.

Casi a lo que consideraría cuatro horas de sueño después, un escalofrío recorre su espalda conforme escucha una risa debajo de su cama, es una pesadilla hecha realidad. Decide no echar un vistazo y se prepara para lo peor, lo que lo lleva a concluir que tenía razón, esa celda le quita la poca razón que le sobra a los crimínales, porque hasta las ocho de la mañana no puede volver a dormir.

—¡Arriba! —Escucha conforme se desbloquea la puerta para dar inicio al día. —¡Tienen media hora para limpiar su habitación, tomar un baño y aparecer en el comedor! ¡Arriba, Suh! ¡Vamos, Lee deja de jugar!

Hay silencio un par de segundos, la puerta se abre y la misma oficial que lo llevó ahí la noche anterior clava su mirada en su habitación más de un minuto. Lo perturba, pero sigue las instrucciones al pie de la letra.

Talla sus ojos y trata de seguir la corriente de los demás, no los mira directamente en las regaderas a pesar de los susurros y chismes entre ellos, sin mencionar las obscenidades que blasfeman al mirarlo. Debe ser una especie de broma para asustarlo. Por eso el apodo, Bella durmiente, lo van a volver loco hasta que deje de dormir y cuando caiga, van a aprovecharse de ello.

Se sienta en una esquina del comedor que nadie ocupa en especial, en la otra punta de la mesa hay un hombre que lee conforme come, tiene cabello rubio y apenas se interesa en el hombre a su lado que tiene el cuerpo repleto de tatuajes y come como si la comida estuviera atacándolo. Conseguir amigos debe ser un dolor en el trasero. ¿Cómo alguien asiente de civilizado se puede reunir con el otro?

—Escuché que eres el nuevo compañero del Príncipe azul—dice un hombre bajo tomando asiento frente a él. Su piel es blanca y tiene un par de ojos muy pequeños, la población asiática en esa zona parece tener altos índices criminales. —Soy Chris, celda 089.

—John, ...

—Celda 127, lo sé. Lo que me pregunto es, ¿cuántos años?

—Veinte—dice alzando una ceja, el otro responde de forma natural un siete conforme asiente. —¿Quién mierda es el príncipe azul?

—Veinte años es mucho, no quiero preguntar qué hiciste, pero tal vez te reconforte saber que el Príncipe azul se va el año que viene, ha cumplido con sus diez años. Tal vez reciba un cambio de sección a la zona de máxima seguridad tras su nuevo juicio.

John traga inconforme por esa respuesta y mira su pobre desayuno. ¿Qué hizo ese tipo?

—Es una leyenda, algo así, no come con nosotros y no está en el área común como el resto. Es raro verlo en el día si no está en medio de un escándalo. Nadie pregunta por lo que hiciste, no nos conviene, a menos de que quieras asustar a los otros. Ya sabes, los violadores no son bienvenidos, a los asesinos les va mejor mientras no hayan sido mujeres o niños, esa una moral de mierda, pero funciona. Sabemos lo que hizo el príncipe, o lo especulamos, es algo simple, el problema es lo que ha hecho mientras está aquí dentro. No duermas, ninguno de sus compañeros ha durado aquí más de un mes, no sé qué mierda les hace, pero ellos no despiertan. Meten a los tipos que lucen duros como tú en su lugar, no sé qué intentan o cómo lo experimentan, pero es una estrategia que no funciona, así que ten cuidado.

—¿Por qué me dices esto?

—Porque si tú mueres, yo soy el siguiente.

El hombre sale del comedor sin decirle más. La mirada del resto se concentra en él, como si de un pedazo de carne en medio de la sabana se tratara. Alza las cejas con un toque de violencia para ahuyentar a los chismosos y sigue con su comida. Es una broma muy bien organizada.

Babylon Allure [JOHNTEN]Where stories live. Discover now