Babylon Allure [JOHNTEN]

IX. PERSIAN

Hay un grupo de cosas que ha comenzado a temer incluso si sus preocupaciones más relevantes al fin le han dado tregua; es el cuarto día desde que Mark ha dejado de recibir una quimioterapia continua y puede ver lo débil que está, con anterioridad se adaptó a un hermano cansado, ahora es distinto porque la debilidad no se le quita con sólo dormir, a diferencia del cansancio.

Manda temprano a su madre a casa y no ha salido del hospital por cuenta propia, en realidad, no ha pisado otro lugar más que ese.

De todos modos, los ligeros vidrios de su reflejo roto comienzan a escocer sobre su piel, no es algo grande, son pequeñas piezas individuales que al contacto causan heridas ligeras y que en conjunto arden ante los soplidos más mínimos. Uno de ellos es que no tiene idea alguna sobre Jaehyun, parece habérselo tragado la tierra.

¿Por qué habría de empeñarse en amenazar sobre hacerle daño a Taeyong si metía a Sicheng en problemas cuando ha huido apenas pudo?

Simplemente no tiene sentido y, como se lo dijo el juez, debería tener cuidado con eso, así que se mantiene alerta, ninguno de sus allegados debería sufrir las consecuencias de un oficio que él eligió. Así que de vez en cuando, le manda mensajes sutiles sobre eso a Taeyong.

Por otra parte, Yuta. No ha hablado con él de forma presencial y siente el creciente distanciamiento que el japonés ha tomado desde que se enteró de lo de Taeyong, así que supone que también estuvo al tanto de que

Doyoung se encontraba involucrado en el caso, porque no, no ha preguntado sobre su auto desde ese día.
Sobre el incidente lo ha pagado, los padres de cada adolescente fueron bastante generosos por las leves repercusiones de sus hijos, así que ha gastado la mitad en eso y espera que cuando esté listo, Yuta ya se encuentre dispuesto a escuchar al pelirrosa.

Lo demás lo ha comenzado a pagar al banco y, aunque se siente limitado por no estar trabajando o siquiera buscando empleo por el momento, hay más tranquilidad en él.

Sólo que no la hay, existe ese pedacito de vidrio que no deja de recordarle las palabras de Ten.

Él sabe que antes lucía distinto, que no era sólo una persona alta y delgada, tanto que ha tenido que usar cinturones que antes no necesitaba, ha perdido mucho peso y hasta ese punto es en el que se ha dado cuenta. No hay razón alguna para ser llamado fortachón cuando le da vergüenza mirarse al espejo después de salir de bañarse y tampoco permite que nadie lo vea sin ropa.

No le gusta su reflejo desgastado y debería cambiar; sin embargo, no lo hará hasta que Mark se encuentre mejor.

Y aunque no quiere admitirlo, escuchar la respuesta de Ten también hizo que las partículas del vidrio se hicieran aún más diminutas. Arden al contacto, ¿tan deplorable se veía ese día?

En su rostro hay ojeras marcadas y no siente que pueda sonreír por mucho tiempo sin que percibir la incomodidad de no haberlo hecho con naturaleza desde hace casi dos años.

Es inevitable mirar al espejo y no ver a su padre. Lo necesita y extraña, está seguro de que su madre y hermano también lo hacen, pero ahora ese papel es suyo y no recuerda a su padre necesitando de alguien del mismo modo que él lo ha hecho.

¿Está bien acudir a otros para conseguir las cosas, o bien, lo ha ejecutado tan mal que los métodos son extremistas y si estuviese vivo jamás lo habría hecho?

Es casi fin de semana cuando su teléfono vibra con un mensaje de Ten. ¿Desde cuando ha estado enviándole mensajes?

Toda la semana contando cosas aburridas que no entiende por qué, pero lo distraen un poco a pesar de no ser un experto en motocicletas y marcas, es justo como caminar, lo haces sin importar de qué marca son tus tenis, o por lo menos, así funciona al inicio cuando no hay una noción clara del estatus social que pueden proporcionar. Para Johnny, conducir es una necesidad tan básica como el respirar, incluso si no ha tocado su moto desde hace poco menos de un mes porque se ha visto obligado a manejar un auto por su madre y hermano.