XL. BLACK

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Babylon by Calum Hood (5 Seconds of Summer)
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«Pero si te sientes demasiado desgastado para pelear, puedes quedarte una noche más. Dijimos que ambos nos amábamos mucho más de lo que podíamos controlar; sin embargo, la parte más difícil, sigue siendo aprender a cuando detenerse, querías ir más alto, más lejos, más allá. Nos consumimos de una forma tan brillante, ahora el fuego se ha ido, mira como todo se derrumba, Babilonia.»

Babilonia

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Babilonia.

La cuna de la humanidad, el reino por excelencia, la verdadera ciudad de las maravillas que brindó un comienzo para la civilización, el más magnífico de todos los inicios, que poseía reyes que bien conocían la ley y hacían uso de las leyendas para formar mejores ciudadanos. Fue basta en recursos y de belleza inconmensurable, pervivió por siglos bajo el mandato de una diversidad necesaria, así sus distantes monarcas aportaron mejoras en cada dinastía, desde los espectaculares jardines colgantes como un ejemplo perfecto del amor que abundaba en los corazones de sus gobernantes hasta las inmensas murallas a su alrededor que impactaron a más de un enemigo.

Murallas cortadas por puertas para honrar a los dioses, de no otro tono más que el admirable azul babilónico lapislázuli, único de la zona, siendo la puerta de Ishtar la mejor conservada hasta la fecha, representó la riqueza y potencia de la ciudad al destacar por sus deidades figuradas en oro y otros materiales preciosos.

La religión, ni se diga, extensa y politeísta creencia de magnitud épica, sólo cantada por iguales a ella, pronto se modificó ante las necesidades y, el dios de la luna, Sîn, se plantó en ellas como el máximo exponente del color azul al portar una gran barba de ese color, bajo él, Ishtar, su poderosa hija, la diosa del amor; un culto tan significativo entre la sabiduría y el amor se vio promovido por la ciudad gracias a la sacerdotisa Adda Guppi, madre del rey Nabodonio, último gobernante del imperio Neobabilónico, su reinado finalizó con la caída de Babilonia ante el rey persa Ciro el Grande.

Sin embargo, las historias sobre el mítico color azul de la barba de Sîn perduraron por siglos, lo que elevó la tinta lapislázuli más allá del cielo, un color designado a la realeza, a la sangre de los nobles monarcas, aquellos designados por las deidades para gobernar la tierra, de alma pura y naturaleza bondadosa, tanto como para sobrepasar el límite promedio de vida, alcanzaron la inmortalidad en los papiros y conforme la sangre se esparció, el rumor también lo hizo.

La codicia azul se volvió real y ante la pérdida en las venas, el único rastro del arcaico mito se mantuvo en las ventanas del alma. Abandonó su virtud sacra en manos de los indignos, hasta volverla tan oscura como el mismo espíritu humano. Después de todo, incluso la sangre arenosa también se vuelve negra.

Uno de los mayores temores de la civilización se resume en sus venas, se encuentra navegando deliberadamente; empapa desde un inicio y se derrama en el fin de la efímera vida, es imposible alejarse, es parte fundamental de la biología y mente: el negro omnipresente.

Babylon Allure [JOHNTEN]Where stories live. Discover now