XXVIII. BERRY

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Es el momento más feliz de la vida de Taeyong cuando puede publicar que oficialmente está comprometido, se trata de un post a las dos de la madrugada. Es cuando deciden que es tiempo para irse. O eso para la pareja de prometidos, porque Kun renunció después de que el reloj tocara la media noche, justo como cenicienta.

Mientras Ten y Johnny hicieron lo mismo una hora después con la excusa de que no tenían nada entretenido que hacer y estaban cansados. Taeyong no puso peros con la idea de que ellos siguen sin ser afines, que realmente no iba a pasar tiempo con ellos y que Ten lucía demasiado destrozado.

Así que Johnny lo llevó cargando hasta el auto, el alcohol de su sangre ya desvanecido por completo, pero la emoción (como si ellos fueran quienes se hubiesen comprometido) seguía ahí.

Ten no dice mucho después de que Johnny lo deja en el auto, está intentando conciliar el sueño o medita sobre lo que quiere decir. O lo que quiere hacer después de plantarle un beso a su novio y sonreír un el dedo indice entre sus dientes.

El mayor se atreve a tomar aire fresco antes de entrar y aventurarse en la noche, hasta que un destello ilumina su rostro y un grupo de tachuelas detrás de los neumáticos lo saludan sin vergüenza. Mira alrededor y da la vuelta para asegurarse de que no haya cerca de las otras tres llantas. Afortunadamente sólo tiene que retirar el par de las frontales.

¿Qué o quién las puso ahí?

Su novio golpea el vidrio del auto llamando su atención y es cuando lo deja pasar. Las coincidencias son eso, confusiones de cómo trabaja el destino.

Ignoran el hecho de que sus teléfonos vibran mientras Ten se impulsa sobre Johnny.

Es la segunda vez desde que han llegado a casa y, para el mayor, no existe otra cosa más satisfactoria que poder besar a Ten mientras salta sobre él.

Es curioso, probablemente tiene mucha experiencia con respecto a las motos, porque se aferra y conecta sus puntos más sensibles con los de Johnny, determina que Ten sabe como pasar baches y disminuir la presión tras cada tope. Lo hace jodidamente bien y tiene una resistencia impecable y eficaz.

Un poco altanero y todo, pero su novio sabe lo que hace y a Johnny no le cuesta nada reconocer que incluso recordando la experiencia sobrepasional de horas antes, esa le gana con creces.

Puede sentirlo en su máximo esplendor.

Lo sostiene con cuidado, como si sus labios y dientes no hubiesen marcado antes el resto del cuerpo del menor, incluso cuando ha aplicado cierta dureza en sus acciones porque Ten definitivamente no puede mantenerse cuerdo cuando le ceden el control, Johnny quiere evitar a toda costa que salga lesionado. No le conviene en ninguno de los aspectos.

Sólo a su lado más sádico que le dice que mientras tenga a Ten para él, no habrá problemas. Porque, muy a su pesar, entiende que su novio no es una belleza sencilla y eso atrae a muchos pares de ojos, así que de vez en cuando se permite ser un tanto posesivo. Ten no es una persona disponible aunque nadie pueda ver la razón. Y si esa razón implica llenarlo de placer hasta que sus huesos duelan, Johnny va a tomarla como su opción más viable para evitar que se enfrente a un mundo que cree que puede tener una oportunidad solamente porque lo ven caminando sin compañía.

No obstante, lleva media hora con el corazón en la boca, es la segunda ocasión en la que alargar su noche se vuelve pesado. Está intentando perseguir su segundo orgasmo desde que llegaron a casa, pero ya se siente exhausto.

Incompleto en cierta medida, a Ten le gusta la sobre estimulación y parece no rendirse sin sentir el caliente líquido de John humedecer su cuerpo, pero el mayor presiente que no va a ser posible hacerlo pronto, está esforzándose para que su vista no se nuble y pueda disfrutar de los dones de Ten. A duras penas, lo logra.

Babylon Allure [JOHNTEN]Where stories live. Discover now