Capitulo dos

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28 de octubre del 2023

Vladimir

Ella era una visión, era como verla en un sueño sin poder tocarla, besarla o acariciarla dulcemente. Pero era real, no era un sueño, no era una fantasía, ella estaba allí, tan preciosa como una diosa, rodeada de simples mortales. Y es ahí donde siento, profundo y latente en mi pecho, en mi corazón ya muerto, algo se aprieta y una lágrima solitaria baja por mi mejilla. Mi ceño se frunce con desespero al tenerla tan cerca y no poder tomar su rostro entre mis manos. ¿Será tan suave como la recuerdo? ¿Tendrá el mismo sabor? ¿Olerá el mismo tónico de rosas que solía pedirme cuando ordenábamos cosas de otros lugares? ¿Tendrá el mismo tono de voz dulce? ¿Tendrá las mismas marcas en la piel bajo esa ropa que lleva puesta? Su cabello... tan hermoso, cuanto lo añoraba, cuanto la extrañaba.

Han pasado 216 años desde su ausencia y ni un solo día pude sacarla de mi memoria, ni un solo día pude olvidar su sonrisa. Ni una sola noche mientras dormía, pude evitar soñar con ella entre mis brazos. He vivido una dulce agonía cada día, cada noche, con un hambre insaciable de ella, una opresión ante la mera idea de que nunca volviera a aparecer. Noches de llanto que no me avergüenzan por su ausencia.

Oh, mi Katrina, cuánto te he soñado, mi dulce musa, mi dulce amor.

No pude evitar hablar con ella cuando la vi, fue un golpe, fue un impulso persistente de querer tomarla y cogerla para conservarla. Pero ella no sabe quién soy, ella no sabe que la amo, ella no sabe que es mía desde mucho antes de que volviera a nacer. ¿Se asustará si me acerco a ella? ¿Se asustará si se da cuenta de lo que soy? ¿Querrá alejarse de mí si le cuento nuestro pasado? No puedo permitirlo. No volveré a perderla nunca más, por lo que no existe la opción de alejarme de ella, incluso si ella me pidiera que lo hiciera para que sea feliz. Ya no puedo hacer nada que me mantenga separado de ella, de su nueva vida, de su renacer. Katrina llevará nuevamente mi apellido en su nombre, será mía aunque tenga que morir nuevamente en el proceso porque la amo profundamente, de una manera enfermiza incluso. Cada segundo lejos de ella me afecta de innumerables maneras.

- Es idéntica a como la recordaba, querido príncipe...- la voz de Char llega a mis espaldas y me pone los pelos de punta, es como un susurro escalofriante.

- Vete, bruja. - la miro de reojo, a pesar de los dos siglos que lleva en esta tierra se ve exactamente como el día en que decidí condenarme a mí mismo con su ayuda.

- 216 años y no he logrado ni siquiera un saludo de tu parte, no sé un "¿Hola, Char? ¿Cómo estás, Char? Estoy muy...

- Mejor cállate antes de que te rompa el cuello. - protesto, la mujer es insufrible, la maté una vez, en 1966, cuando no dejaba de fastidiarme la cabeza. Momentos después de que me hiciera convertirme en esta criatura de sombras que hoy soy, pensé que ella se iría y desaparecería de mi vida, pero no, la mujer es un tormento constante que se mofa de mi sufrimiento y abstinencia de los placeres terrenales. Y, a pesar de mi esfuerzo por apartarla, es como una cucaracha, y para mi desgracia aquí sigue, de pie y respirando.

- Ya lo has intentado, solo logras excitarme con eso, Vladimir...

- Eres una indecente, Char. Déjame tranquilo, hoy no puedo lidiar con tus tonterías...

- Ah, pero si te digo que hablé con tu mujer hoy en...- la mención de Katrina hace que la mire interesado. Ella me sonríe ladina.

- Katrina... ¿qué sabes de ella? ¿La viste? Ya sabes...

- Más lento, colmillos... sabes que nada es gratis.

- Eres una...

- Ahórrate el insulto, ya me los sé de memoria.

The vampire's waltz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora