Capítulo 10: Amigos Incondicionales

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💜Jane💜




~12/12/2022~




Si llego a reencarnar como un ser humano en mi próxima vida, ni muerta, vuelvo a escoger medicina como carrera universitaria. No quiero que mi yo de otra vida, sufra las trasnochadas que yo sufro.

Termino de llenar mi termo con café bien cargado y camino a la sala de descanso para residentes.

Tengo dos horas para descansar, hasta que empiece mi siguiente ronda de turnos, la cual dura doce horas.

Hoy apenas llegué, fui enviada al piso infantil y como estuve todo el día recorriéndolo, pensé encontrarme a Alessio. Sin embargo, no fue así. Él nunca apareció.

Me acuesto en una de las camas y minutos después, escucho que abren la puerta.

Me asomo para averiguar de quién se trata y veo a Dan como un alma en pena.

—Qué desgracia —le digo y camina como muerto viviente —. ¡Oye, cuidado!

Parece que no me escucha a tiempo, ya que su frente termina impactando con el metal de la litera.

—¡Maldición! —se deja caer en el colchón y soba su frente, mientras se queja —. Siento que voy a morir.

—Solo fue un golpe.

—Mi cerebro casi se sale por mi oreja.

—No seas un bebé chillón —bebo de mi café —. ¿También tienes descanso?

—Dos hermosas horas —sonríe como si fuera lo mejor del mundo.

—¿Quieres café? En serio te regresa a la vida —asiente y se levanta por un vaso de plástico para que le pueda servir.

—Le falta azúcar —hace una mueca y camina por todo el lugar, encendiendo un cigarrillo.

—¿Qué tienes? Solo fumas cuando estás nervioso.

—Estoy enamorado —responde y me mira —. Yo estoy enamoradísimo y siento que voy a morir si no voy y se lo digo.

—¿Es de alguien del hospital?

—De donde más seria si me la paso encerrado aquí, trabajando —suspira —. Anoche pase todo el día con ella, fue mi día libre y fue el mejor día libre que he tenido en años.

—¿Quién es?

—Jacqueline —mis ojos se abren.

—¡La hija del jefe del hospital! —asiente —. ¿Están pendejo? —me mira con recelo.

—Para nada.

—Si algo sale mal, ella no dudará en decirle a su padre y el hombre hará tu vida miserable.

—Me voy a arriesgar —sonríe para después pedirme más café —. Dios, me estoy mareando. Creo que fue por el golpe o por la emoción de que al fin le digo a alguien que estoy enamorado.

—Pensemos que es la emoción —rio ante mi comentario, regresando mi cuerpo al suave colchón y de la nada escucho un golpe seco.

Rápidamente, vuelvo a asomarme, pensando que se golpeó de nuevo, pero entro en pánico cuando me doy cuenta de que está desplomado en el suelo.

Apariencias©Where stories live. Discover now