Capitulo 05

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ADALIA MEYER

Mis pasos se movían por todos los pasillos del hospital dirigiéndose a una habitación específica que he estado visitando por un año, exactamente un años desde el accidente de mi madre, ella quedó también mal después de eso, y aveces me siento culpable, ella me salvo a mi solo para yo poder vivir mi vida, pero no la suya.

A mi lado el ansioso de mi padre, o así es que se le podría decir. Se veía feliz después de todo, el era una gran hombre, pero no conmigo, era evidente que me odiaba.

Desde pequeña siempre había sido la princesa de papi, el me adoraba, yo era su primera y única hija.
¿Lo malo? Que todo cambio después de ese accidente.

Mi vida se hizo mierda después de es suceso, mi madre estuvo internada, mi padre perdió su trabajo y ahora tiene uno con el que apenas y podemos sobrevivir. Me hice cargo de la mayoría de los gastos del hospital, pagué mi universidad, que respecto a eso fue muy duro seguir.

La sensación que mi padre me odiara solo por creer que tuve la culpa del accidente del amor de su vida, duele más que nada. Ese señor que alguna vez ame con tanta locura y el a mi, ahora me detesta, me repugna y creo sentir el sentimiento mutuo.

Mi personalidad cambió, me volví un poco más cerrada, más dura conmigo misma y termine con mi novio. Todo afecto en mi, en distintas partes de mi vida.

—Entraré primero, adalia— la voz de mi padre mi hizo voltear a verlo, tenia la misma fría mirada, la cual me causaba de todo, menos cosas buenas.

Asentí —¿Que piensas que dirá cuando se entere como te has comportado conmigo este año?— pregunte. El temor de su respuesta se podía notar en mi voz, sin embargo, quería saber su respuesta, porque se que uno de sus miedos es eso, que ella se entere.

—No se enterará, ni tu se lo dirás. Recuerda de quien es la culpa que ella este acá— respondió y al instante trago duro, sabia lo que esto causaba en el.

Me encogí de hombros recostando mi espalda en la fría pared detrás de mí, mi padre abrió la puerta y la cerró inmediatamente.

Solté un gran suspiro que estaba guardando hace mucho, tenia que verme fuerte delante de ella, delante de la única persona que me ama en verdad.

Minutos después la puerta a mi lado se abrió dejando ver la figura de mi padre, quien raramente estaba mirándome con dulzura.

Este hombre es un gran bipolar.

—Ya puedes entrar, cariño.

Abrí los ojos de sorpresa al escucharlo. Tenía mucho tiempo sin haber escuchado ese apodo salir de su boca, y si lo hacía, se lo decía a mi madre.

Creo que sufre de bipolaridad.

Esto ya lo venia venir, al estar con mi madre el cambiaba, la amaba tanto. Deseaba que alguna vez alguien me amara de esa forma como mi padre lo hacía con ella, pero claro, el solo me veía como la culpable de todo.

Ignore sus "lindas palabras" y solo entre viendo a la persona que tanto amo ahí, se veía tan débil, pero su sonrisa que siempre llevaba lo cambiaba.

Su cabello castaño ondulado reposaba en sus hombros, sus ojos color verde me miraban con amor, aunque se veían algo apagados ella daba lo mejor para mi.

—Te extrañe...— solté en un hilo de voz, me acerque a pasos rápidos y sus brazos me recibieron en un cálido abrazo. Hace una semana no venía, estaba tan ocupada que no podía, universidad por la tarde y trabajo por la noche, no era nada fácil.

—Yo tambien amor, yo también— dejo un beso en mi frente —Tu padre me contó todo lo que has trabajado— rode los ojos disimulada al escuchar la hipocresía que le decía a ella, el no se preocupaba en lo más mínimo por cuanto había trabajo, de hecho, me hacía trabajar horas extras solo para poder pagar el hospital.

Repartidora - Tom Kaulitz (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora