9. Un traje a medida.

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El señor Beelzebub le pidió que se prepara para viajar a la tierra, lo llevaría a un lugar muy especial. Gabriel no lo pensó ni un momento antes de correr a su habitación y abrir su closet que tenía apenas una ropa, la que le obsequió Aziraphale; él solo tenía dos, esa y la que Beelzebub le había hecho, la cual vestía.

—Ya estoy listo, señor Bee —dijo, y Beelzebub rio un poco porque él había regresado demasiado pronto, el arcángel solo fue a abrir su closet para recordarse que no tiene muchas opciones.

—Luces precioso, arcángel —dijo, y él le reclamó porque se veía exactamente igual que siempre. —Lo sé, siempre luces precioso.

Él sonrió, estaba un poco avergonzado al respecto, como cada vez que el señor Bee le decía cosas bonitas, una parte suya se avergonzaba y otra más deseaba seguir escuchando. Beelzebub no lo hizo esperar mucho, tomó sus manos y los condujo hasta la tierra.

Por supuesto que Gabriel estaba ansioso, viendo a los alrededores como un chiquillo pequeño que se emociona cuando ve algo nuevo, el señor Bee le dijo que era un lugar especial, pero no era la librería, porque ellos estaban yendo por un camino que él no conocía. "¿a dónde vamos, señor Bee?", preguntó y Beelzebub como única pista le dijo que era un lugar que el viejo Gabriel amaba visitar.

Caminaron por un rato, hasta que estuvieron frente a lo que parecía una pequeña casa, Gabriel se preguntó a sí mismo porqué a su viejo yo le gustaba visitar aquel lugar, la duda se resolvió sola en cuanto ingresó y vio varios trajes que colgaban de las paredes, estaba claro, el señor Bee le había dicho que solía ser el arcángel mejor vestido, así que supuso que eso significaba que era un amante de la ropa.

—Gabriel, viejo amigo —le saludaron, era un hombre bajito con su cabello blanco y una voz lenta, a quien Gabriel no recordaba.

—Esperábamos que pudieras hacer algo especial para él —intervino Beelzebub. Gabriel simplemente había sonreído a ambos.

—Por supuesto —dijo, y luego los hizo pasar a una habitación continua. Gabriel miró a Beelzebub cuando comenzaron a rodearlo con una cinta y a decir números, él no entendía qué pasaba, y el señor Bee solo le había sonreído y dado una señal de que estuviera quieto. —¿Algún color especial?

—Gris —se apresuró Beelzebub antes de que Gabriel comenzara a nombrar los colores más irritantes que existieran, estaba seguro de que sería capaz de llevar un traje amarillo si se lo dieran. Gabriel solo levantó los hombros.

—¿Qué me harán, señor Bee? —preguntó cuando el hombre se había alejado en busca de alguna cosa.

—Un traje, arcángel —le respondió, Gabriel no entendió como aquello podía ser algo especial, hasta que —un traje hecho especialmente para ti.

El hombre volvió con un puñado de telas grises de diferentes tonos e intensidades, Gabriel fue de inmediato con él, si le iban a hacer un traje especial y solo para él, entonces debía elegir el color. Beelzebub no se opuso a eso, cualquiera de las telas parecía una buena opción, así que estaba bien si él elegía su favorita; Gabriel lo pensó un rato, y acabó tomando una tela gris claro que casi se combinaba con azul, era como mirar el cielo en una tarde nublada. Y con eso, el hombre había preguntado sus deseos, pero él no sabía que esperar.

—Lo dejaremos a tu decisión —Beelzebub dijo, haciendo relajarse a Gabriel, y poniendo orgulloso al hombre ante la confianza dada.


Una semana después ellos están de vuelta, el hombre tiene un traje que luce moderno, pero elegante a la vez y que queda perfecto en Gabriel, él lo luce bien, pero lo mejora con una gabardina. Beelzebub está encantado con la vista.

Ineffable Bureaucracy / FlufftoberWhere stories live. Discover now