Capítulo 41: piercing=crisis existencial

Start from the beginning
                                    

Parpadeé un par de veces, porque me iba a echar a llorar. Amber sonrió y se dio la vuelta, dirigiéndose fuera de la habitación, rumbo a la azotea. Yo me dejé caer contra los azulejos del baño, porque estaba exhausta de fingir que estaba bien. Esta noche, si bien estaba un poco motivada, solo quería quedarme adentro de mi cama, taparme con mantas y seguir comiendo chocolate.

Cameron se había llevado una gran parte de mis ganas de vivir, y sabía que eso era grave. Por eso, intentaba seguir saliendo y haciendo las cosas cotidianas que uno se supone que debe hacer, como salir de fiesta y pasar el rato con amigos.

Me volví a poner derecha y me miré al espejo. Mis ojos estaban tristes y apagados, lo contrario a como estaban siempre: con chispas y llenos de vida. Y eso dolía. Me dolía verme así. Pero sabía que todavía era muy pronto para sanar.

Así que, agarré el tequila y me fui a la azotea.

Llegué y lo primero que hice fue servirme un trago y ponerme a bailar. Estábamos todos menos Jace y Luc, así que seguía relajada.

Reí cuando Amber casi se tropieza con la pared y tomé otro trago de mi bebida. Era tequila con zumo, y sabía espantosamente mal. Pero quería relajarme, para dejar de pensar en él. En cómo nos podríamos divertir juntos en este momento.

Moví mi cuerpo al ritmo de la canción. Estaba bailando sola, a un costado, pero no me importaba. Llevé mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos. Mala idea. Me balanceé hacia un costado y casi pierdo el equilibrio si no fuera porque choqué contra algo duro.

Levanté mi mirada...y los ojos de Cameron se cruzaron con los míos. Sonreía de costado y me miraba, divertido.

— ¿Esos tragos tuyos tan feos ya te están matando?

Lo seguí mirando, fijamente y sin poder creerlo.

¿Qué demonios hacia allí? ¿Y por qué...? Mi mirada descendió por todo su cuerpo y volvió a subir a la maldita camisa arremangada que tenía. Parecía un ángel caído o algo por el estilo. ¿Por qué se veía tan bien?

—Oye—me volvió a hablar, luciendo preocupado.

Sacudí la cabeza y me excusé, pasándolo por al lado. Fui directo a Alba, que estaba en el otro extremo de la azotea y me miraba con los ojos muy abiertos.

—Te juro que no sabía nada—me dijo y lució un poco horrorizada—. Mataré a Jace por no...

—Ya—la corté y bebí un poco más, mirándolo de reojo. Cameron se había quedado parado en donde habíamos hablado. Estaba quieto. Mirándome.

Le di la espalda.

—No pasa nada, no hagas un drama. Lo último que me falta es que Jace le diga que enloquecí—seguí diciendo.

Alba me miró preocupada.

— ¿Estas segura? Si quieres, puedo inventar una excusa y nos largamos de aquí.

—Gracias, Alba. Eres la mejor. Durante el día lo veo, así que no hay tanta diferencia con ahora. Estaré bien. — O mejor dicho, no iba a quedarme sin dignidad. Si él podía estar en mi presencia y bromear conmigo, yo también podía hacerlo.

Me terminé lo que quedaba del vaso y fui a servirme otro. Noah me sonrió. Estaba sirviéndose vaya a saber qué bebida. Se agachó para dejar la botella (porque no teníamos mesa) y se giró hacia mí.

— ¿Qué va a querer tomar la bella dama?

Reí.

—Dame lo más fuerte que tengas.

Silbó por lo bajo.

—Rayos, ¿estas segura?

—Sip.

Miradas cruzadasWhere stories live. Discover now