Y me toco ver cómo nuestro futuro soñado desaparecía

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Afrodita y Ángelo eran amigos desde que eran simples aspirantes. A su amistad se unió Shura quién siempre tenía la mirada puesta en Aioros con anhelo y admiración.

Sabía por Ángelo o Deathmask que Shura se le confesó a Aioros, pero este ni lo rechazó ni lo acepto. Según le dijo el italiano el arquero le pidió volver a confesarse cuándo estuviera más mayor y si seguía sintiendo lo mismo.

Cosa que no sucedió ya que Shura mató con sus propias manos a su amor platónico. 

Se pedirá decir que eso fue un trágico amor no correspondido.

Al llegar la adolescencia, llegaron las hormonas. Y de alguna manera Deathmask y él se volvieron amigos con derecho. Cogian cuando querían y ya. Podían ver a otras personas y eso no afectaría su relación. Porqué seguían siendo amigos. 

Entonces su perfecta amistad se vió... Tambaleada por así decirlo cuándo Deathmask empezó a querer pasar tiempo con él. A querer que él se quedara tras el sexo. Quería que hablaran de cosas a las que no encontraba sentido. Odiaba quedarse a dormir con Deathmask porque dormía horrible y siempre buscaba de echarse encima suyo. 

Afrodita de Piscis no quería nada serio. Y se lo dejó saber sutil, pero firme y definitivamente... Al menos no con él.

Porqué Saga de Géminis era su ideal desde niño. Su obsesión por así decir. Su porte elegante, sus ojos, su bello rostro. Todo en el perfecto Santo lo volvía loco. Por eso se aprovechaba de su lado oscuro para estar entre sus sábanas. Para sentir el calor de aquel ser perfecto... Aquel hombre que tras recuperar la conciencia huía y se lamentaba.

Y amargado buscaba el consuelo en Deathmask. Este se lo daba cada vez que lo pedía, sin pedir nada a cambio. Feliz de estar con él. Pasaron los años y se dió cuenta de que lo que en verdad quería estaba con Deathmask. Estaba con la persona que lo escuchaba, lo quería por quien era y no por ser un desahogo de una calentura.  Deathmask era todo. Eran opuestos... Habían cosas en Deathmask que no le gustaban para nada. Pero no importaba porque el las cambiaría y así estaría satisfecho. Y si seguía pasando por la cama de Saga... Ese era su problema... Al igual que nunca definir su relación con Deathmask. Ellos sabían que lo suyo era único y con eso bastaba. Su mundo era perfecto.

Entonces Aioria consiguió una aprendiz.

Ni bien se dió la noticia de que el joven Santo de Leo de trece años tendría una discípula todo el Santuario ardió en deseos de destruirla. De denigrar aún más al paria del hermano del supuesto traidor y así hacerle daño. 

A él ese asunto ni le iba ni venía. Aioria era algo que le producía resquemor. Era un recuerdo constante de que su hermano inocente era la causa de que Saga jamás volteara a ver a nadie cuando era el mismo y no su lado oscuro. Que Shura suspirara constantemente por un amor que no fue.

Deathmask siempre había tenido problemas con Aioria. Así que el día que llegó la mocosa fue a molestar a Aioria... Pero no volvió.... Deathmask no dió señales de vida en todo el día. Una tormenta rugía sin tregua sobre el Santuario y el muy imbecil sin aparecer.

Cómo a la medianoche Deathmask apareció. En la compañía más insólita que pudo esperar. Venía acompañado de Aioria y lo que parecía una niña en brazos del rubio. Deathmask estaba prendado del brazo del griego cuál colegiala enamorada y este no hacía esfuerzos en soltarse, mientras cargaba a la niña en su brazo libre. Ambos estaban empapados de pies a cabeza. 

Deathmask se soltó y con tono... Feliz... Hasta coqueto le dijo que allí se quedaba. Aioria asintió rígido y con infantil alegría sin vergüenza Deathmask le plantó un beso en la mejilla al heleno y se metió en la zona interior riéndose como un niño ante una travesura.

Fantober Demigod!! Versión Saint SeiyaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon