Capitulo 6

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Hitler se encontraba en una reunión con los ministros de su nuevo gobierno centralizado y autocrático. Cada uno de ellos presentaba informes sobre sus respectivas áreas de responsabilidad. Sin embargo, uno de los ministros destacó un problema creciente.

Ministro 1: "Mi Führer, tenemos un problema con los seguidores de la antigua monarquía. Se están amotinando y ya no podemos enviar más prisioneros a las celdas, ya que están llenas."

Hitler escuchó atentamente y, tras una breve pausa, tomó una decisión firme.

Hitler: "Ordeno la construcción inmediata de campos de concentración para que estos individuos trabajen de manera forzada. No permitiremos que la resistencia socave nuestro control y encarcelen a todos los que representen una amenaza."

El ministro asintió y anotó la orden de Hitler. Otro ministro presentó un informe sobre la producción de armamento, señalando que era exitosa, pero había quejas sobre la comodidad y el peso de las armas.

Ministro 2: "Mi Führer, la producción de armamento de los prototipos y los que ya están listos es exitosa, pero algunos soldados se quejan de que las armas son incómodas y demasiado pesadas."

Hitler reconoció la importancia de este problema y emitió una nueva orden.

Hitlér: "Instruyan a nuestros ingenieros y científicos para que desarrollen armas nuevas que sean ligeras y asequibles. Necesitamos armas que se puedan fabricar en masa y que nuestros soldados puedan llevar sin dificultad."

Los ministros asintieron, tomando nota de las instrucciones de Hitler. Luego, surgió la pregunta sobre la exreina Toriel, desterrada a las ruinas después de la caída de la monarquía.

Hitler: "Saben algo de la xreina toriel."

Ministro 3: "Mi Führer, hasta ahora no tenemos noticias de la exreina Toriel desde que fue desterrada a las ruinas."

Hitler asintió, pensando en el destino de Toriel, pero su mente estaba ocupada por los desafíos actuales y la consolidación de su poder en el subsuelo.

Hitler: "Mantengan un seguimiento de esa situación. Por ahora, es hora de que esta reunión concluya."

Con eso, los ministros se retiraron y Hitler quedó solo en la sala. Ordenó a uno de sus sirvientes que llamara a Undyne, quien había desempeñado un papel importante en su ascenso al poder y en el mantenimiento de la seguridad en el subsuelo.

El sirviente obedeció y pronto Undyne llegó ante Hitler, lista para recibir sus órdenes.

Undyne: "Mi Führer, ¿en qué puedo servirte?"

Hitler miró fijamente a Undyne y habló con determinación.

Hitler: "Undyne, debemos seguir adelante con nuestros planes. La resistencia no debe socavar mi control. Mantén a tus tropas alerta y asegúrate de que la seguridad se mantenga en el subsuelo. No podemos permitir ninguna amenaza a nuestro régimen."

Undyne respondió con un gesto de respeto y obediencia.

Undyne: "Así será, mi Führer. Mis tropas están preparadas para defender tu liderazgo."

El subsuelo estaba en un estado de transformación constante bajo el gobierno de Hitler. Los desafíos y las decisiones difíciles que enfrentaba eran la realidad de este nuevo orden, y su futuro seguía siendo incierto en medio de una sociedad que estaba siendo moldeada por su liderazgo.

Hitler, decidido a consolidar su poder y controlar las ruinas, se acercó a Undyne con una petición importante.

Hitler: "Undyne, necesito que busques pruebas sólidas que nos permitan encargarnos de Toriel y tomar el control de las ruinas."

Undyne respondió con una seña del movimiento y se retiró para llevar a cabo la tarea asignada.

Durante un período de tiempo, se dedicó a recolectar evidencia que respaldara las acusaciones contra Toriel. Reunió imágenes, videos y testigos que demostrarían su culpabilidad ante los ojos del nuevo régimen.

Finalmente, Undyne se presentó ante Hitler con un conjunto de pruebas que había logrado obtener. Presentó la información de manera ordenada y detallada, poniendo los documentos y testimonios frente a Hitler.

Undyne: "Mi Führer, aquí tienes todas las pruebas que pudimos obtener. Esto debería ser suficiente para encargarnos de Toriel y tomar el control de las ruinas."

Hitler sonrió con satisfacción al revisar la evidencia que Undyne había recopilado.

Hitler: "Excelente trabajo, Undyne. Ahora es el momento de tomar medidas. Envía a las SS para arrestar a Toriel y asegurarnos de que no represente una amenaza para nuestro régimen."

Undyne asintió y, siguiendo las órdenes de Hitler, transmitió la orden de arresto a las SS. Los soldados de las SS se movilizaron rápidamente y se dirigieron a las puertas de las ruinas.

Toriel, dentro de las ruinas, se dio cuenta de la llegada de los soldados y comprendió que su tiempo como líder en el exilio estaba llegando a su fin. Sin embargo, no tenía la intención de rendirse sin luchar por su causa.

Toriel: "¡No hise nada malo así que no me llevarán!"

Toriel trató de resistirse al arresto, pero los soldados de las SS eran implacables en su tarea. Uno de ellos la sometió y, a pesar de sus esfuerzos, la noqueó. Con cuidado, los soldados la llevaron fuera de las ruinas y la pusieron bajo arresto.

El arresto de Toriel marcó un punto de inflexión en el subsuelo. Hitler había logrado consolidar su control sobre las ruinas y eliminar a uno de los últimos vestigios de la antigua monarquía. Sin embargo, también aumentó la tensión en el subsuelo, ya que muchos aún recordaban a Toriel como su líder y se preguntaban qué traería el futuro bajo el régimen de Hitler .

La historia política y bélica del subsuelo continuaba evolucionando, y las decisiones de Hitler tenían un impacto profundo en la vida de sus habitantes. El control sobre las ruinas abría nuevas posibilidades y desafíos para el régimen de Hitler, y el destino de Toriel seguía siendo una incógnita en este mundo subterráneo en constante cambio.

𝐻𝑖𝑡𝑙𝑒𝑟 𝐸𝑛 𝑂𝑣𝑒𝑟𝑡𝑎𝑙𝑒 Onde as histórias ganham vida. Descobre agora