twenty-five

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Las pequeñas y delicadas flores de cerezo caían de los árboles debido a las suaves ráfagas de viento en la ciudad

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Las pequeñas y delicadas flores de cerezo caían de los árboles debido a las suaves ráfagas de viento en la ciudad.

Seokjin respiraba el aire puro producido por la gran cantidad de árboles en aquel extenso parque. Una de sus manos estaba entrelazada con la de su alfa, mientras que Kuyng era sostenido por uno de los brazos de su padre. Habían salido a dar un paseo para aligerar la agobiante rutina que llevaban.

Namjoon disfrutaba ver como los pétalos que volaban acariciaban las mejillas de su omega, sonreía cuando su pequeño estiraba sus manitos en el aire esperando obtener alguno.

Ignoraban a todas las personas a su alrededor, ya que siempre se encontraban con miradas indiscretas de personas que murmuraban entre ellas al ver un alfa con un omega macho. El moreno empezó a restarle importancia cuando hace mucho tiempo Jin le besó en público susurrando que lo único relevante era tenerlo en su vida.

La tranquilidad que el omega había recibido gracias al ambiente se vio un poco opacada cuando supo que era el momento de hablar con Namjoon acerca de un tema que le carcomía la mente los últimos días.

—Joonie—

—Dime cielo— sonrió tonto, fijó su mirada en sus manos entrelazadas y en como su pequeña manito quedaba escondida entre la de su alfa.

Seokjin lo haló suavemente hacía una banca en medio del parque. Ambos se sentaron, Kuyng en las piernas del moreno mirando curioso a su alrededor.

—Yo he estado pensando...— tomó aire para continuar. —Quiero hablar con tus padres—

Namjoon pestañeó despacio mirando con cautela al omega.

— ¿Por qué? —

—No quiero que me sigan odiando— desvió un poco su mirada avergonzado, ahora que lo decía en voz alta llegaba a sonar ridículo.

—Que te odien no significa que haya algo mal contigo— con una de sus manos atrajo el rostro de Jin. —Pero soy tu alfa, no decido por ti, solo te apoyo y lo que quieras hacer está bien para mí. Pero ten en cuenta que no dejaré que nadie te ponga un dedo encima, ni te trate mal—

El omega asintió suspirando, sabía que en unos meses por su propio cuidado ya no viajaría, ahora que podía quería hacerlo. Su objetivo no era pelear, quería realmente saber los motivos por los cuales le tienen tanto odio. Él bien sabía que no siempre todas las personas lo iban a amar, pero si no les gustaba, quería saber las razones.

— ¿No te enojas? —

Nam negó con la cabeza dejando un casto beso en sus labios que formaban un puchero. —Te apoyaré todo el tiempo—

Luego de un largo paseo debajo de los hermosos árboles de cerezo, regresaron a casa. Kuyng ya se había dormido en el hombro de Namjoon y Jin solo estaba un poco cansado.

Taehyung se había ido temprano porque tenía tareas de la universidad. Por eso, mientras Nam iba a recostar al cachorro, Jin se encaminó a la cocina para preparar algo de cenar.

Estaba concentrado cortando unos cuantos vegetales cuando unos brazos se envolvieron en su cintura, se relajó instantáneamente cuando el alfa apoyó su mentón en su hombro.

— ¿Qué comeremos? — la voz baja del alfa seducía sus oídos y su aliento caliente le hacía cosquillas en su cuello.

—E-ensalada—

—Pero yo quiero comerte a ti— dejó de lado el cuchillo cuando un beso fue depositado en su nuca.

—Quítate— hizo el brazo hacia atrás golpeando el estómago del alfa quien rompió en una carcajada.

—Que agresivo, mi amor— el alfa le dio una suave nalgada.

Namjoon se sentó en un banco observando la figura de espalda de su omega, inevitablemente dejando su mirada por más tiempo en su trasero.

— ¿Has pensado en lo que dije? —

— ¿Hmmm? —

— ¿Puedes dejar de mirar mi maldito trasero y prestarme atención? —

El alfa hizo un puchero quitando su mirada, se aclaró la garganta dándole a entender al omega que tenía toda su atención, aunque cuando miró al suelo y vio un juguete de Kuyng abajo del mesón, aún sentado en el banco alto intentó con todas sus fuerzas estirarse para llegar hasta el juguete, pero fallando en el primer intento.

— Entonces debes decirme... ¿Me oíste? —

El moreno asintió aun cuando el omega no podía verle, volvió a estirarse aún sentado y esta vez el banco se balanceó haciendo que cayera de cabeza al suelo.

— ¡Por los lobos! — intentó no reírse, pero al ver a Namjoon tocar su cabeza no evitó inclinarse mientras una risa escandalosa salía de sus labios. —Eres un caso— limpió las pequeñas lágrimas que salían de los costados de sus ojos, extendió su mano para ayudarlo a levantarse, pero el alfa tiró con fuerza de él haciendo que también termine en el suelo sin golpearse gracias a la protección de Nam.

—Me duele— el alfa hizo un puchero, sostuvo a su pareja que estaba sentado en sus piernas de la cintura.

Seokjin pasó ambas manitos por el cabello largo del alfa peinándolo para atrás, el cabello ya le llegaba a la altura de los labios y se negaba a contárselo, a Jin tampoco le agradaba la idea ya que podía amarrar en una coleta se cabello negro. Y su alfa lucía condenadamente sexy con coletas. — ¿Escuchaste todo lo que dije? —

El alfa negó suavemente ronroneando bajo las caricias amorosas de su esposo. —Repítelo, por favor—

—Debemos viajar lo antes posible—

A Namjoon no le agradaba del todo la idea, a veces no entendía la pureza y nobleza de Jin y le estresaba porque a su tierno e inocente omega le gustaba estar en paz con todos, y no tener inconvenientes con nadie.

—Solo iremos un día, hablas y volvemos. No quiero a mi manada más tiempo cerca de ellos—

— ¿Estarás conmigo? — podía ver la duda en la carita de Seokjin, pero no era ese el caso. Namjoon estaría todo el tiempo con él.

—Siempre— Jin rio cuando los labios del alfa se presionaron en su mejilla. —Siempre— un beso más. —Siempre— otro beso.

—Ya— su voz salió más aguda sacudiendo un poco la cabeza para alejarlo, pero terminando con sus frentes juntas.

Seokjin ahora ya no tenía temor. Poco a poco debía sanar las heridas de su corazón, no lo hacía por la alfa ni por el omega, lo hacía por él mismo. Otorgarles su perdón aún si no se lo han pedido, era su manera de demostrar que era una buena persona, tal como su abuelito le había enseñado desde que era pequeño.

 Otorgarles su perdón aún si no se lo han pedido, era su manera de demostrar que era una buena persona, tal como su abuelito le había enseñado desde que era pequeño

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I Still Want You¡! ↬ NamJin AdaptaciónWhere stories live. Discover now