¡¿3 TOBIS?! [T/ObiDei]

Extra 3/3: El chisme de Deidara

¿Se acuerdan del capítulo 7, cuando el Obito de 15 le peina el pelo a Deidara y este cuenta chisme? Pues hoy vamos a contar ese chisme, aunque bueno, esto más que chisme, es una historia que Deidara le contaría sobre una de sus misiones.

 —Bueno, pues un día en el que estaba todo el mundo tranquilamente....

...

 —¿Sempaaaaai, cuanto falta? —preguntó el enmascarado.

—5 segundos para que te explote —respondió Deidara.

 —¡No sea así, sempai! Llevamos como 7 horas caminando.

 —9. —Corrigió el menor—. Y falta poco.

 —¿Poco de poco o poco de mucho? —sospechó.

 —Poco de pooooco.

 —Vale... ¿Quiere jugar a un juego?

 —Sí, mira, se llama el juego del silencio: el que hable pierde.

 Hubo un breve silencio.

—¡He perdedio! —gritó y se hechó correr porqué ¿por qué no?

—¡Esperame, puto niño! —lo llamó para luego hecharse a correr tras el azabache.

 Justo cuando el rubio estaba a punto de atraparlo, el buen chico se detuvo, provocando que Deidara se chocara.

 —¡¿Pero por qué coño paras?! —preguntó furioso.

 Tobi no volteó a ver al rubio. En vez de eso, levanto la mano lentamente para señalar a una pequeña aldea...

 —¿Es aquí? —preguntó a pesar de saber perfectamente la respuesta.

 El rubio admiró la aldea atentamente... casitas de madera y piedra, la mayoría de habitantes eran personas con túnicas de diferentes colores calvas y con una nariz enorme, un coso de metal...

 —Sí, es aquí. —Afirmó para luego levantarse y empezar a caminar. —Tenemos que encontrar la herrería, venga.

 El buen chico lo siguió, mirando de paso al rededor para ver si encontraba algo parecido a una herrería.

 —¿Y si le preguntamos a alguien, sempai?

 —Supongo que lo haría más rápido. —Miró al rededor para ver a alguien que los podría ayudar. —¿Y si le preguntamos a ese humilde campesino plantando... marihuana?

 —Pobre Zetsu... —Obito se aproximó al hombre y le pregunto: — Disculpe, señor. ¿Podría decirnos donde está la herrería del señor Elba Gina?

 —Mhm. —Respondió el humilde calvo.

 —¿Donde?

 —Mhmmmmhhmm.

 —Okay, gracias. (No entendí nada). —El mayor se alejó y se acercó a su "sempai~".

 —¿Qué te dijo? —preguntó el rubio cuando el mayor ya se había acercado lo suficiente.

 —Me dijo que no le hechará algo rojo la dinamita. Me lo pidió por favor. 

 —¿Y eso qué tiene que ver?

 —No sé, pero me dijo eso.

 —Me cago en la puta. —Volvió a mirar al rededor y vió a un tipo con aspecto diferente al resto de aldeanos. —¿Deberíamos preguntarle a ese? —preguntó señalando a ese mismo tipo.