Capítulo 13: LA PELEA EN EL HOSPITAL

107 31 61
                                    


Llevaba con la misma ropa desde el día de ayer, seguramente olía a sudor y alcohol debido a la fiesta de Jan y su plan era cambiarse cuando llegase a casa, pero la llamada del detective Hernán Cortez lo había alertado. Esta vez, Valeria se había ofrecido a llevarlo usando su velocidad vampírica, propuesta que Benny había aceptado. La velocidad de Valeria al desplazarse por la ciudad era vertiginosa, podía ver como los edificios y casas pasaban por su campo de visión como ráfagas casi imperceptibles. Finalmente llegaron al hospital que Cortez les había indicado por llamada y se detuvieron en el tercer piso del complejo.

—¿Estás bien? —preguntó Valeria con una sonrisa.

—Sí, ¿por qué?

—No sé —comentó Valeria—, la mayoría de los humanos vomitan la primera vez.

Benny soltó una risita.

—No, para nada. Estoy bien —dijo Benny, pero entonces empezó a sentir un incómodo reflujo en el estómago—. No.

Se tapó la boca con el puño y miró a Valeria, que lo observaba entrecerrando los ojos y una sonrisa burlesca. Ni divisó un baño, fue corriendo hacia él y vomitó en el lavado, luego salió y observó a Valeria riéndose.

—Alguien tendrá que encargarse de eso —jadeó.

Valeria intensificó su risa.

—Sí, a veces se tarda.

—Bueno —carraspeó Benny, y buscó en su bolsillo para sacar su celular—, será mejor informarle a Hernán que ya estamos aquí.

Luego de llamar a Cortez e indicarle dónde están, el detective llegó a su encuentro en un santiamén, se le veía agitado mientras se acercaba a ellos.

—¿Val? —saltó Cortez al ver a su hija parada junto al muchacho que había convocado.

—Hola papá —sonrió Valeria alzando la mano y sacudiendo los dedos.

—Se ofreció a traerme —dijo Benny.

Cortez frunció el ceño y notó los dos pequeños orificios en el cuello de Benny, volteó los ojos y le dirigió una mirada severa hacia su hija.

—Lo mordiste.

—Fue bajo su consentimiento —dijo Valeria encogiéndose de hombros.

—Hernán, ¿para qué me llamaste?

—Sígueme —dijo Cortez echándole una mirada desconcertada mientras se daba la vuelta.

Benny y Valeria intercambiaron miradas y siguieron al detective a través del pasillo blanco y brillante.

—Hace una hora —explicó Cortez mientras caminaba y veía a una enfermera llorando y siendo consolada por uno de los oficiales—, los médicos nos llamaron cuando descubrieron el asesinato de uno de los pacientes... Esteban Flores —Cortez se giró hacia su hija quién se congeló del horror—, pero no fue lo más desconcertante... —Llegaron a una habitación de dónde acababa de salir un oficial con una cámara—, lo más desconcertante fue esto.

Cortez se detuvo al lado de la puerta, por lo que Benny supuso que quería que entre primero. Al principio dudó, pero entró. El interior de la habitación era pequeño, con una cama en el centro pegada a la ventana y varios implementos médicos alrededor. Podría decirse que era una habitación de hospital normal, sino fuera por la sangre salpicada por todos lados. Benny se quedó con la boca entre abierta al ver la escena, no cabía dudas que se había producido un violento ataque dentro, como cuando los perros desmiembran sus presas. No obstante, eso no era lo peor, lo que más perturbó a Benny fue la inscripción con sangre en la esquina del cuarto junto a la ventana: "Llamen a Benny Williams".

BENNY WILLIAMS: VAMPIROS EN LIMA - [COMPLETA]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz