Capítulo 8: LA FIESTA

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Durante las últimas dos horas habían ido a casa, se habían colocado una ropa decente y habían salido. Benny tuvo que cambiarse dos veces ya que la primera vez quiso ir en ropa interior; un vano intento de molestar a su hermano. Finalmente, Benny se colocó una camiseta azul con un estampado rojo de Stranger Things que Luis le había regalado por su cumpleaños hace dos años, la cual luego cubrió con una chaqueta negra que dejó abierto y luego se colocó unos pantalones vaqueros que hacían juego con la casaca. Benny se había observado en el espejo antes de salir, se veía bien a pesar de que nunca consideró vestirse así. Sonrió para sí mismo y salió con su hermano al encuentro de las dos chicas.

Una vez que los hermanos Williams cruzaron la puerta de los Villareal junto con sus respectivas acompañantes, Benny ya se estaba arrepintiendo. Los autos de todas marcas y tamaños se habían amontonado en la acera y desde allí se podía escuchar la música y el ligero bullicio de la gente. Para los chicos normales esto significaba que la diversión estaba por comenzar, pero para Benny solo podía significar una tortura para sus oídos.

Ya no había marcha atrás.

—¿En qué me metí? —dijo Benny al llegar al pórtico, haciendo referencia a las últimas palabras que había dicho en la casa de los Cortez.

Entonces sintió el contacto helado de los dedos delgado y largos de Valeria, que a su vez lo tomó del hombro.

—Tranquilo, yo voy a estar aquí —dijo Valeria con una sonrisa maliciosa y un tono juguetón.

Parecía que estaba cuidando de que escapara; pensaba Benny y se reía como si fuese algo posible. El agarre de la vampira era fuerte. Uno pensaría que ella lo estaba guiando hacia el interior de la mansión, pero no, solo era Benny caminando.

Al ingresar, Benny fue invadido por el olor a cigarrillo y alcohol que emanaba de los invitados; recordó parcialmente por qué no le gustaban estos eventos. La gente gritaba y bailaba al ritmo de una canción cuya letra era inentendible, algunos estaban en grupos y otros en parejas, y otros paseaban por el salón con vasos en la mano. Entonces Benny observó con más detenimiento a los invitados, algunos ya estaban borrachos incluso, lo que le dio gracia considerando que aún ni siquiera era medianoche; de hecho, apenas se había puesto el sol. Benny meneó con la cabeza y siguió a sus amigos, pasando al costado de una barra donde el cantinero les servía a los invitados.

Finalmente divisó a Jan y a Luis en un sofá junto a la pared. Estaban completamente solos, considerando que uno de ellos era el cumpleañero. Al ver a Danny y a Allison, ambos se sobresaltaron y fueron a abrazar a la pareja, pero Jan y Luis ahogaron un grito cuando vieron a Benny. Por un momento, Benny no consideró que él era la causa del asombro de los chicos, y vio a Valeria esperando que las miradas fueran hacia ella, pero no, iban hacia Benny. Entonces Luis y Jan se acercaron, observándolo con los ojos abiertos como platos y rodeándolo; conociendo a Benny, no podían creer que había venido.

—Oigan, ya supérenlo. Estoy aquí —dijo Benny un tanto fastidiado por la forma en la que sus amigos lo estaban viendo.

Entonces Jan lo abrazó.

—¡Qué bueno que viniste! —exclamó.

—Sí, feliz cumpleaños —dijo Benny entre dientes y alejándose del abrazo lentamente.

Valeria ya había soltado a Benny y observaba la escena entre risas.

—La verdad no esperaba que vinieras —dijo Luis más serio, pero con una sonrisa—. Y veo que trajiste el polo que te regalé.

—Sí, no tenía opción —comentó Benny y Luis se rió.

—Es bueno que hayas decidido salir de la cueva —dijo Luis dándole una palmada en el hombro.

BENNY WILLIAMS: VAMPIROS EN LIMA - [COMPLETA]Where stories live. Discover now