Capítulo 7: INTERVENCIÓN

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Valeria se caracterizaba por ser una chica fuerte; a pesar de ser algo jovial y caprichosa. Pero hoy no tenía tiempo para ni uno ni lo otro.

La joven vampira se la había pasado toda la noche de ayer y la mañana de hoy sentada en el medio de la cama, juntando sus rodillas sobre su pecho y apoyando sus brazos sobre ellas. Su rostro estaba oculto por los brazos, no estaba llorando, pero estaba considerando hacerlo. El recuerdo de lo ocurrido la noche anterior la abrumaba. Había sido una montaña rusa de emociones, primero conoció a aquel misterioso muchacho que no tenía por qué salvarla, luego lo defendió del matón y terminó arrancándole la mano para que finalmente, su amigo más antiguo, Danny Williams la mirara con temor. Valeria no podía tolerar eso, odiaba que la vean como un monstruo; en parte odiaba lo que era.

De pronto, la puerta se abrió y reveló al detective Hernán Cortez bajo el umbral. Él mantenía un porte serio, pero compasivo. Así, con un suspiro, Hernán se acercó a su hija y se sentó a su lado.

—Lo maté, ¿verdad? —dijo Valeria de un modo cortante y manteniendo su rostro oculto de su padre.

Hernán no respondió y lentamente posó la mano sobre la espalda de su hija, frotándola suavemente.

—Respóndeme por favor.

—No, no lo hiciste.

Finalmente, Valeria se descubrió el rostro.

—Los médicos lograron salvarlo, pero estuvo cerca —aseguró Cortez.

Para Valeria, la noticia fue el comienzo de una tormenta en su cabeza. No sabía cómo sentirse al respecto, si complacida por saber que el joven aún vivía o aterrada al saber que estuvo a punto de cobrarse la vida de un ser humano. Su mente volvió a la reacción de Danny, y se imaginó lo que posiblemente estuviese pensando.

—Así que estuvo cerca —repitió Valeria de una forma pausada y su rostro se ensombreció, aunque no provocaron reacción alguna en su padre más allá de la seriedad con la que entró—. Estuve a punto de matar a una persona... Me dejé llevar y casi lo mató... ¿Sabes qué es lo peor? Lo peor es que una parte de mí lo disfrutó. No tienes ni idea de lo que la puta de mamá me hizo. ¿Puedes vivir con monstruo como yo, papá? ¿Puedes?

—Tú eres mi hija —replicó Cortez con firmeza—. Yo te vi nacer, te acompañé en tus primeros pasos. No importa qué te consideres, seguiremos siendo familia.

Valeria soltó un suspiro, las palabras de su padre realmente eran reconfortantes; ciertamente lo había extrañado en todo este tiempo. Tristemente, su tranquilidad emocional no duró mucho. Todavía había algo que la inquietaba. Se levantó y fue hacia la ventana, dudando si abrir las persianas o no.

—¿Qué sucede? —preguntó su padre.

Antes de responder, la joven vampira jugueteó con el rubí que colgaba de su collar y el cual le ayudaba a caminar bajo el sol.

—No viste la forma en la que me vio —respondió Valeria y suspiró—. No creo que Danny quiera pasar más tiempo conmigo. Él es mi amigo... y no creo que me permita ver a... a Benny.

—No creo que eso suceda.

Entonces Valeria miró a su padre por encima del hombro.

—¿Así? ¿Y cómo estás tan seguro?

—Porque están abajo y pidieron verte.

—¡¿Qué?!

De inmediato, Valeria se sobresaltó. Su alterada mente había nublado sus sentidos, o quizá era la falta de sangre de ese día lo que le había hecho no darse cuenta de las personas que entraron a su casa.

BENNY WILLIAMS: VAMPIROS EN LIMA - [COMPLETA]Where stories live. Discover now