Capítulo 1: Adensia

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***Adensia***

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Siento el cálido fuego eterno a kilómetros de distancia, a través de la ventana de piedra y adornos de oro, en la entrada sur de la Torre Lunar. Desde hace diez años lo veo a la misma hora, desde que era niña jugaba con las tenues sombras de mí misma que este provocaba a la lejanía.

Y, aún después de trece años, me gusta imaginar, en las piedras del interior, paisajes donde los pájaros vuelan, libres y osados; donde las aventuras son diarias, y no tareas obligadas, y donde los híbridos viven en armonía con los humanos.

Enclavada en medio del vasto océano, existe la Isla de Calisto. Este es un lugar único y misterioso, y alberga la Torre Lunar. La isla, a primera vista inhóspita, ha sido transformada en un paraíso mágico debido al incesante fuego eterno que emana de las fauces del temido Erandor.

Mi príncipe, Erandor, el dueño de la torre, es el último dragón existente. Él lanza fuego eterno dos veces al día; cada uno tiene una duración de doce horas. Doce horas en las que la torre es impenetrable, donde el fuego eterno es capaz de consumir a quien sea que se atreva a atravesarlo.

A pesar de la aparente devastación causada por el fuego, la Isla de Calisto es un terreno asombrosamente fértil. Las llamas incansables de Erandor, que abrasan la vegetación durante doce horas al día, han convertido la tierra en un rincón de vida. En este suelo quemado por la intensidad del fuego, brotan flores y plantas de colores deslumbrantes, desafiando la lógica con su belleza. Los bosques de los alrededores renacen tras cada llamarada, dando vida a criaturas únicas que solo se encuentran en Calisto.

Pero lo que hace de nuestra isla un lugar aún más cautivador, son los lagos iridiscentes. En medio de la isla, estos lagos relucen con una paleta de colores que cambian con el sol: azules profundos, verdes esmeralda y reflejos dorados que danzan sobre la superficie. A veces, cuando vuelo a los alrededores, me veo perdida en sus aguas... pero se me ha advertido nunca adentrarme en ellas.

En el corazón de esta bella tierra, como una joya en un cinturón de fuego y agua, se encuentra la enigmática Torre Lunar

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En el corazón de esta bella tierra, como una joya en un cinturón de fuego y agua, se encuentra la enigmática Torre Lunar. Está en medio de la isla, y es un recordatorio constante del poder de Erandor y el misterio que envuelve a la cautiva Elara, la Princesa Lunar. En este rincón del mundo, el equilibrio entre la belleza y el peligro, la libertad y la prisión, es tan delicado como las llamas que danzan en los lagos iridiscentes de Calisto.

El fuego es hermoso al inicio, donde siempre es tan poderoso que los halos de luz sueltan distintas vibraciones de color, como si fuera un temible arcoíris; sin embargo, conforme van pasando las horas, el frío de los alrededores lo convierte en flamas cada vez más rojas, hasta que llega la hora de reiniciar la tarea y encender el paisaje.

—¿Otra vez perdida en el fuego? —consulta Basalta, caminando hacia mí—. Algunas veces imagino cómo será tocar aquellos colores.

Guardo silencio. La soledad que siento me abate, aunque sé que cuento con Basalta; una harpía más experimentada que yo, y esposa del príncipe Erandor. Reflexiono, recordando en cuando me rescataron...

Adensia: Fuego EternoWhere stories live. Discover now