Capítulo 5

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En el mundo existe una verdad que no todo el mundo está dispuesto a aceptar.

No podemos hacerlo todo solos.

A veces el apoyo de otra persona es indispensable para poder lograr nuestros sueños y metas o incluso para que nos den un empujón en la dirección correcta.

Soy afortunada de tener esas personas en mi vida.

Mi mamá, mi papá... y Álvaro.

Sin él esta historia habría terminado antes de empezar.

Miami, Florida

— ¿Qué hacemos? ¿Nos acercamos? — preguntó Alex.

Lauren estaba tan acostumbrada a encontrarse con "Pretzel" dentro de las oficinas de JSW que se le hacía extraño verlo sin traje.

— No — respondió Lauren — iré yo. Tú sólo espera aquí ¿De acuerdo?

Prezzavento no respondió, sólo le guiño el ojo a Lauren y le hizo una señal de "ok" con la mano.

La productora caminó hacia la pista y pasó entre la gente que bailaba al ritmo del dembow. Era difícil caminar y hacía mucho calor pero poco a poco avanzó hasta el lugar indicado.

Camila por su parte, se encontraba con un pequeño grupo de amigos, bailando, cantando, bebiendo y riendo.

Disfrutando de la vida como a ella le gustaba.

La música se colaba por sus oídos y producía en ella un efecto imparable que la hacía vibrar y sentirse completamente libre, aún ahí, en un pequeño espacio, pegada al cuerpo de hombres y mujeres, moviéndose contra ellos.

Tenía una paloma en la mano y después de darle un buen trago se lamió los labios para disfrutar del retrogusto de acidez y sal.

Cerró los ojos y sonrió con la lengua entre sus dientes, se hizo hacia atrás, buscando el cuerpo de su amigo James, sin embargo, en su espalda no encontró la textura rígida de los pectorales del chico, sino una superficie blanda y tibia.

Aún cuando no reconoció a su amigo, poco le importó y siguió bailando hasta que sintió un agarre firme alrededor de su muñeca, que la obligó a detenerse.

— Lamento interrumpir.

Camila giró su cuerpo para saber quién era la persona detrás suyo y entonces se encontró con aquel par de intensas esmeraldas mirándola fijamente.

— ¿Lauren? — la nombró con duda.

Quizá ya estaba ebria y se estaba confundiendo con alguien más, pero la mujer estaba muy cerca y Camila pudo recorrer con su mirada cada detalle de su rostro frío pero indudablemente bello.

La mano derecha de la productora tomó el mentón de Camila obligándola a levantar un poco más la cara para que las luces del bar la iluminaran.

Tenía sudor en el rostro y algunas hebras de su cabello se adherían a su frente y sus mejillas, pero la productora se sintió complacida al corroborar que las pupilas de la joven eran del tamaño normal.

Lauren observó como Camila se lamió los labios sin desviar sus ojos de los suyos y entonces la soltó.

— ¿Podemos salir un momento? — preguntó Lauren.

Camila miró a James, su esposo Stefan y a Ruby una amiga de ellos que los había acompañado quienes no se opusieron a dejar marchar a Camila.

James la conoció en la universidad y ya desde entonces sabía perfectamente cómo se las gastaba la castaña, así que no le sorprendió que quisiera cambiar de compañía por un rato.

Never Be The Same - CamrenWhere stories live. Discover now