—Y si efectivamente estamos frente al trabajo del carnicero del zodiaco, seguramente este sujeto no tiene ni ojos ni lengua, lo que me hace presumir que los encontraremos en algún lugar dentro de este gimnasio.

—Ya los encontraron, —interrumpía Amelia la conversación— en un casillero en la oficina de la víctima, me lo acaban de informar.

—¡Justamente ese era mi próximo destino, debemos revisar en detalle esa oficina! —Alertaba Leticia al retomar su postura, dada la información que poseía.

—¿Obtuviste algo valioso de tu entrevistado? —Meza no tardaba en indagar sobre aquella información.

—Así es compañero, según el hombre, nuestro profesor grababa cada una de sus clases, así que si damos con esas cintas…

—Damos con la identidad del asesino. —La interrumpía el sargento.

—Siempre y cuando las cámaras estuviesen operativas.

—Pues me temo que no tendrán suerte con ello, —mencionaba la joven Amelia, echando por tierra sus aspiraciones— según los agentes, la oficina es un caos.

—Entonces nuestro asesino se encargó de buscar las grabaciones para evitar ser descubierto.

—¡Lástima, era una buena oportunidad de descubrirlo! —Se lamentaba Leticia— De todas formas debemos registrar esa oficina.

—Los peritos se encuentran buscando alguna huella que nos pueda servir, apenas tenga algo se los haré llegar. Con permiso.

—¿Tienes la hora aproximada de la muerte? —Meza la detenía con la pregunta.

—Por su temperatura  y rigidez corporal, la hora de muerte fue entre las diez y la media noche de ayer lunes. Ah, y su fecha de nacimiento es el 22 de Junio, por si les interesa.

—Y según la hora estimada de muerte, —pensaba en voz alta el sargento— fue asesinado ayer lunes 26, lo que nos da cuatro días después de su cumpleaños.

—No varía en su modus operandi, sigue cumpliendo con los días en que asesina. ¿Pero cómo rayos escoge a sus víctimas? —Se preguntaba la joven agente— Claramente esto no es al azar.

—Hasta ahora, todas las víctimas tenían algún tipo de relación con los Marmolejo Tapia, así que no, no es al azar Leticia.

—Bueno, los dejo, los mantendré informados y les enviaré los resultados de la autopsia.

—¿Los peritos aún no mueven del lugar las manos y lo demás?

—Ignoro si ya lo hicieron, pero de hecho los están esperando en la oficina de la víctima.

—Vamos Leticia, veamos si nuestro asesino nos dejó ese trozo de periódico junto con los globos oculares.

—De acuerdo.

La dependencia contaba con un escritorio central con su respectiva silla reclinable, y tras el mueble, una hilera de estantes metálicos con cajoneras. En la parte superior de estos se vislumbraban varios archivadores con documentación, y frente al escritorio se arrimaban un par de sillas de madera pintadas de un color verde oscuro. Sobre el escritorio también había un montón de archivadores y diferentes elementos propios de una oficina, junto con una pequeña y antigua lámpara que le ayudaba a tener más luminosidad en esa área, pues la única luz que del cielo colgaba, estaba muy en lo alto, y apenas iluminaba la habitación.

Al costado derecho del escritorio otro estante del mismo alto se erguía, el que tenía sus puertas destrozadas, y en el suelo se vislumbraba una pantalla de computador destrozada también. En el interior del mueble era donde el profesor tenía el equipo con el que grababa cada clase en el gimnasio, el que por desgracia ya no estaba. Y frente a dicho mueble, justo al final de los estantes, una puerta blanca daba al baño con el que contaba la oficina. En su interior se encontraba el casillero donde el asesino había dejado las manos y los globos oculares de la víctima, estos últimos envueltos precisamente con papel periódico.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: Sep 22, 2023 ⏰

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El Carnicero del Zodiaco (EN EDICIÓN Y DESARROLLO)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz