WinterIron

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Volver a sentir sus caricias después de pasar tanto tiempo separados era como volver a la vida, despertar de un mal sueño y encontrar a tu lado a una persona dispuesta a cuidar de ti. Había algo en el soldado que le hacía sentir así y esta vez no estaba dispuesto a dejarlo ir de nuevo.

Los habían separado años atrás, cuando el padre de Tony se enteró de la aventura que su hijo estaba manteniendo con el soldado. Howard fue muy claro en cuanto a su opinión acerca de su relación e insistió en que debían dejarla de lado, pero Tony se interpuso rotundamente, lo que derivó en que lo enviaran a Italia junto a su madre y al joven soldado al otro lado del mundo para participar en su primera guerra.

Los horrores de los enfrentamientos le daban pesadillas y muchas veces había considerado que quitarse la vida sería una manera rápida y sencilla de salir de aquella situación, pero la esperanza de algún día volver a encontrar a Tony lo mantenían cuerdo hasta que ese día finalmente llegó.

—Creí que no volvería a verte—. Mencionó Tony mientras sus ojos permanecían fijos en el soldado, apenas podía ver su rostro a causa de la poca iluminación de su habitación. —Mi padre va a hacer que te maten si se entera de que estás aquí—.

—No importa, ya he estado cerca de morir como unas cien veces en esa estúpida guerra—. Tony pudo sentir el peso de aquellas palabras, pero antes de poder decir cualquier cosa, James continuó. —Así que, si quiere venir a por mi que lo haga, nada puede ser peor y si lo es al menos valdrá la pena—.

—Estas loco—.

—¿No era eso lo que te gustaba de mí?—.

Tony sonrió y se incorporó un poco, invitando al soldado a sentarse en su cama.

—Gracias por no morir, pero de verdad odiaría que mi padre arruinaste tu bonita cara, al menos no por ahora—. Susurro pasando una de sus manos entre el cabello ajeno. —Si se llega a enterar de que te metiste a mi habitación por la noche va a enloquecer y será peor para ambos—.

—Estoy cansado de vivir intimidados por tu padre, no puedo seguir haciendo esto, kotenok—. Respondió con un suspiro mientras tomaba su mano. —Te envío aquí, hasta Italia y se encargó de que me pusieran en el campo de guerra para mantenernos separados durante todos estos años, probablemente esperaba a que yo muriera, pero su plan no resulto y apenas decidieron que era momento de enviarme de vuelta a casa decidí venir a buscarte porque ya tuve suficiente—. Confeso. —Así que, esta vez podemos huir juntos, si estás dispuesto a hacerlo—.

—Va a estar muy molesto—.

—Tendrá que aprender a vivir con ello—. Interrumpió la voz de Maria. —Tu padre no puede controlar tu vida para siempre... Ningún padre puede hacerlo, tarde o temprano buscarán su camino y él debe entenderlo—.

—Mamá...—.

—Anthony, si lo que quieres es empezar una nueva vida con James o cualquier otra persona, es una decisión que tú debes tomar—. Pronunció sentándose a la orilla de la cama, observando un momento a su hijo. —Sabes que yo siempre estaré contigo, sin importar lo que Howard opine, vas a ser mi hijo para siempre y que decidas empezar tu vida no va a cambiar nada entre nosotros—.

—Oh, mama—. Se movió un poco más cerca de la mujer, abrazándola con fuerza. —No quiero dejarte sola—.

—No estaré sola—. Respondió al tiempo que se apartaba y limpiaba con cuidado las lágrimas de sus ojos marrones. —Además podremos seguir viéndonos todas las veces que lo necesites—. Prometió con una sonrisa. —Ahora, por favor vuelve a dormir, James puede quedarse y mañana por la mañana puedes decidir lo que quieres—.

—Buenas noches—. Repitieron los tres al mismo tiempo mientras Maria abandonaba la habitación.

Tony se movió a uno de los costados de la cama, dejando espacio para que Bucky pudiera acostarse a su lado.

—Yo te cuidare, kotenok —. Murmuró el soldado a su par. Tony sintió sus brazos rodearle y cerró sus ojos solo para volver a caer en un pesado sueño.

Si tan solo las cosas hubiesen sido así de perfectas. Si tan solo Howard no hubiese puesto tanto empeño en mantener a la joven pareja separada. Si tan solo hubieran tenido la oportunidad de despedirse, de darse un último beso y de decirse unas últimas palabras.

Si tan solo James no hubiera muerto asesinado en la guerra a la que le habían condenado al negarse a mantener sus sentimientos escondidos. Al final nunca se quitó la vida y continúo luchando para algún día volver a encontrar a Tony, al final solo hacía falta un disparo para arrancarle la vida, pero al menos ahora podía permanecer junto a Tony.

El más joven de los Stark decidió quitarse la vida cuando la noticia de la muerte de su amado llegó hasta él. Lo encontraron en uno de los costados de su cama sin vida, demasiado tarde como para hacer cualquier cosa por él.

Las lágrimas continuaban bajando por las mejillas de Maria, pero sabía que en algún lado su hijo estaba viviendo la vida que se le había negado junto a aquel soldado. Sabía que nadie más podría hacerle daño y que James estaría cuidando de él por el resto de la eternidad.

Tony apoyó su cabeza en el hombro del más alto, sonriendo mientras veía las estrellas a su lado.

—Te amo, kotenok—. Pronunció sosteniendo sus manos juntas.

Al final habían logrado estar juntos de vuelta y ser felices, aunque sus vidas en la tierra hubiesen acabado. Preferían la eternidad juntos después de la muerte a tener una larga vida y jamás volver a verse.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2023 ⏰

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He's Beautiful || Tony × AllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora